La importancia de la fidelidad y el don del perdón en el matrimonio
La fidelidad como verificación en el tiempo de la totalidad de la entrega de sí es una nota esencial del verdadero amor conyugal. Esta característica del amor de los esposos alude directamente a la exclusividad en la entrega de si al propio cónyuge y está esencialmente unida a la indisolubilidad del matrimonio y a su sacramentalidad.
Así como el Señor Jesús es el «testigo fiel», el «sí» de las promesas de Dios y, consiguientemente, la realización suprema de la fidelidad incondicional con la que Dios ama a su pueblo, así también los cónyuges cristianos están llamados a participar realmente en la indisolubilidad irrevocable, que une a Cristo con la Iglesia su esposa: «lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre» (Mt 19,6).
El testimonio del gran valor de la indisolubilidad y la fidelidad matrimonial es uno de los deberes más preciosos y urgentes de las familias cristianas en el mundo de hoy, y esto vale incluso para los cónyuges que incluso habiendo sido abandonados por el otro cónyuge, con la fuerza de la fe y la esperanza cristiana no han pasado a otra unión: estos dan un auténtico testimonio de fidelidad, de la que el mundo tiene hoy gran necesidad (FC 19-20).
En cuanto al perdón podemos calificarlo como la plenitud de la fidelidad y el primer paso imprescindible para la reconciliación. La virtud del perdón entre los cónyuges y los demás miembros de la familia debe imponerse sobre las múltiples amenazas que acechan la comunión de amor de los miembros de la familia.
En particular la participación en el sacramento de la reconciliación y en el banquete del único Cuerpo de Cristo ofrece a la familia cristiana la gracia y la responsabilidad de superar toda división y caminar hacia la plena verdad de la comunión querida por Dios. Por ello, aunque la separación de los cónyuges como medida de prudencia es en principio compatible con la misma realidad del perdón, y esencialmente distinta del divorcio como disolución del vínculo, debe hacerse siempre lo posible por la reconciliación y el restablecimiento de la convivencia conyugal.
Autor: Juan Andrés Talens, profesor de la asignatura “Ética de la sexualidad”.
(Artículo extraido del libro “La Familia. 150 preguntas y respuestas”)
