Reflexión lunes 3 de abril LUNES SANTO
Lectura del santo evangelio según san Juan (12,1-11):
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».
Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.
Jesús dijo:
– «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.
Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
En la Semana Santa se leen los cuatro cantos del siervo del Señor, el último poema se proclama el Viernes Santo. El autor de los cantos es el Segundo Isaías, que comienza su obra con el mandato: “Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios”, por eso el libro se conoce también con el nombre de la Consolación de Israel. Quién es el Siervo no lo sabemos, podría ser el mismo profeta, el pueblo de Israel, un personaje desconocido…lo cierto es que encarna la figura de un personaje que responde fielmente a la voluntad de Dios, con su sacrificio y entrega purifica las faltas de su pueblo. La obediencia y la fidelidad del Siervo como varón justo y bueno que cumple su misión tienen valor redentor. Su vida es ayuda y ejemplo a seguir por el pueblo en la respuesta a Dios. Dios quiere consolar y salvar al pueblo y lo que éste no ha realizado, como mediación salvadora lo hace el Siervo. El Consuelo y el perdón van juntas de parte de Dios, el siervo con su entrega hasta la muerte justifica al pueblo y no se guarda ningún esfuerzo en cumplimiento de su misión. La tradición de la Iglesia ha reconocido en el siervo la figura anticipada de Nuestro Señor Jesucristo. El poema del Viernes Santo es una descripción del mal en el mundo, la muerte del inocente, pasión y muerte del Señor.
El evangelio de Juan es sencillamente encantador, seis días antes de la Pascua tiene lugar la unción en Betania. Jesús entra en Jerusalén como rey ungido y muere como tal, La referencia a la resurrección de Lázaro es anuncio de la misma resurrección de Jesús. Lo que precede es una preparación que realiza con ternura María, la hermana Lázaro. La fragancia del perfume de nardo es la fragancia que acompaña la sepultura de Jesús, no es la muerte el final, la muerte en Cruz es la esperanza fiable que alimentará la fe de todos los creyentes en Jesús. La muerte de los inocentes por causa de la guerra, los concebidos no nacidos por decisión inhumana de los hombres, todos forman parte de la muerte de Jesús. El miedo desaparece cuando contemplamos al Señor en la Cruz, nuestro dolor está ungido con la esperanza puesta en el encuentro definitivo con Él en el cielo.
-Te pedimos Señor por la paz en el mundo, que cese la guerra, el odio y el afán de poder
-Te pedimos por la salud de todos los enfermos
-Para crezca en todos nosotros la alegría de tu Resurrección, que es también la nuestra.