Reflexión del sábado, 15 de mayo
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Juan 16,23b-28
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: si pedís algo al Padre en mi nombre, os lo dará.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. Os he hablado de esto en comparaciones; viene la hora en que ya no hablaré en comparaciones, sino que os hablaré del Padre claramente.
Aquel día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque vosotros me queréis y creéis que yo salí de Dios.
Salí del Padre y he venido al mundo, otra vez dejo el mundo y me voy al Padre».
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
El evangelio de hoy nos invita a pedir al Padre a través del nombre de Jesús, y nos asegura que nuestra oración será escuchada.
Tres actitudes frente a la oración: Petición, alegría y amor.
1) Lo que pido: hoy se nos sigue invitando a orar, a hablar con Dios con tus palabras, con tu forma de ser. Jesús sabe todo de ti y sabe tus límites. Tu no dejes de hablar con Dios, a tu modo y a tu manera, pero es necesario que busques ese momentito de hablar con Dios y conversar con Él. Acomoda tus tiempos y date esa oportunidad de abrirte a Él.
2) Alegría: estás llamado a buscar lo positivo, lo que te anima y lo que te alegra. Seguramente vas a tener muchas dificultades, gente que te tire para abajo o simplemente te hagan la vida imposible. Pero la fuerza está en vivir tu espiritualidad, en tener esa relación con Dios. No dejes que nadie te quite la alegría de vivir.
3) Me aman: ya vamos camino a Pentecostés. Mañana celebramos la Ascensión, tu mirada debe estar hacia el cielo. Tu esperanza es el cielo. En esta vida tenemos muchas luchas y muchas caídas. Dios está contigo y también te necesita. No dejes de luchar y no te olvides que no estás solo. ¡¡¡Hasta el cielo no paramos!!!