Reflexión Domingo 1 de junio
Conclusión del santo evangelio según san Lucas (24,46-53):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Palabra del Señor
Reflexión
Celebramos hoy la solemnidad de la Ascensión del Señor. Jesús después de resucitar de entre los muertos asciende al cielo y está sentado a la derecha de Dios Padre.
Jesús nos enseña que nunca nos tenemos que sentir solos, que siempre y en todo lugar Dios está presente en medio de nuestras vidas, por eso tenemos que pedir la gracia a Dios, nuestro padre, que nunca nos sentamos solos, qué siempre y en todo el lugar está presente medio de nuestras vidas.
Por eso nunca podemos caer en la desesperanza, ni en la angustia, sino que todo lo contrario, pedirle a Dios que siempre y en todo lugar estemos cogidos de la mano de Jesús para sentir su ayuda todos los días de nuestra vida.





