Reflexión Domingo 12 de julio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,1-23):
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.
Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»
Palabra del Señor
Reflexión
Hoy consideramos la parábola del sembrador. El mensaje que nos quiere dar Jesús es que Dios es generoso sembrando, pero la concreción de los frutos de su siembra dependen también de nuestra libre respuesta.
Jesús siembra la buena noticia en la buena tierra de nuestro corazón. Pregúntate qué es lo que Dios espera de ti, que es lo que Jesús te esta pidiendo. Jesús también siembra la vocación a seguirle de cerca como sacerdote, lo que pasa es que se necesita ser valiente para decir le que si.
Para eso tienes que escuchar tu corazón, tienes que escuchar la voz de tu interior que no deja de ser también la voz de Jesús que te pide algo en concreto. Por eso es necesario tener momentos de oración, de silencio para leer el evangelio y meditarlo en nuestro corazón. Es fácil dejarse llevar por las modas o por los caprichos pero sin embargo el que sigue a Jesus alcanzar la felicidad, la felicidad con mayúsculas porque no procede del ser humano sino de Dios, es una felicidad que la sociedad y el mundo no nos la puede dar sin embargo Dios si. No pensemos tanto en las cosas caducas pensemos también en la eternidad tengamos los pies en la tierra pero el corazón puesto en el cielo.
Pidámosle a la virgen María que es reina de las vacaciones que hayan jóvenes dispuestos a seguir a Jesús en la vida sacerdotal, misionera y religiosa.