Reflexión domingo 13 de noviembre
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-19):
En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».
Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».
Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico.
Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».
Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes.
Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.
Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio.
Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre.
Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas».
Palabra del Señor
Reflexión
En el evangelio de hoy Jesús nos invita a confiar en él. Hay una pregunta que me viene a la cabeza y es que es si verdaderamente confiamos en Dios o lo decimos solamente de palabra.
A lo largo de nuestra vida tenemos que tener nuestro pensamiento puesto en Dios como verdaderos discípulos de Jesús y pedirle por todo aquello que tenemos en nuestro corazón, pedirle también por los demás para que Dios nos siga ayudando día a día y sigamos experimentando su amor y su misericordia.
Que le pidamos a la Virgen María que nos ayude cada día a confiar más en Dios. Que nuestro corazón lo pongamos en él y junto con él podamos seguir caminando todos los días de nuestra vida siempre cogidos de la mano de Dios y de nuestra madre la Virgen María.