Reflexión Domingo 15 de noviembre
Lectura del santo evangelio según san Mateo (25,14-30):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: «Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco.» Su señor le dijo: «Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.» Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: «Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.» Su señor le dijo: «Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor.» Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: «Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces, tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.» El señor le respondió: «Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Con que sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadle fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.»»
Palabra del Señor
Reflexión
En el Evangelio de este Domingo, vemos la famosa parábola de los talentos. Jesús pone el ejemplo de los talentos para significar las capacidades que Dios da a cada uno de nosotros, las cuales debemos hacer fructificar, las tenemos que utilizar.
Dios distribuye sus gracias a quién quiere, cómo quiere y cuándo quiere. En esta parábola Jesús nos enseña que Dios reparte sus dones en diferentes medidas.
Lo importante es saber que Dios da a cada uno lo que necesita para su salvación. Además, Dios exige en proporción de lo que nos ha dado. Y lo que nos ha dado es para hacerlo fructificar.
¿Qué espera Dios de nosotros? Que con las gracias que nos da, demos frutos de virtudes y de buenas obras. Es decir, Dios nos da unos dones y espera que las aprovechemos. Aprovechar esos dones es crecer en virtudes y en caridad a los demás.
En resumen, la Palabra de Dios de este domingo nos invita a vivir vigilantes respondiendo a la gracia que Dios nos da en todo momento. Esta respuesta significa ir creciendo en virtudes y dando frutos de buenas obras. Recordemos que Dios nos otorga su gracia como un tesoro que es necesario poner a producir, pues hacer lo contrario significa la pérdida de ese tesoro y el riesgo de no recibir la salvación eterna.