Reflexión jueves 19 de enero
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,7-12):
En aquel tiempo, Jesús se retira con sus discípulos a la orilla del mar y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea.
Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
Palabra del Señor
COMENTARIO:
El convencimiento de Jesús era tal, que prohibía severamente que hablasen de Él si lo hacían en esos términos: si nos curas, venimos a Ti… si nos das de comer y multiplicas los panes, te seguiremos hasta el final…
El problema es que, siempre, antes o después, pero siempre, Dios deja de sanar y dar de comer y consolarnos. Y es entonces, cuando la mayoría abandonamos o incluso llegamos a pedir que lo crucifiquen. Nuestra fe no es una religión de trueque. Jesús no lo vivió así.
¿Crees que Jesús es el Hijo de Dios? Créelo también cuando aparentemente no recibas bien alguno. Cuando ofrecer tu vida no parezca que te devuelva nada bueno. Es la señal del discípulo…
ORACIÓN:
Oh, Dios y Padre nuestro:
Por medio de tu Hijo Jesucristo,
tú trajiste salud y salvación a tu pueblo
y viniste para unirnos a ti
en una alianza eterna de amor.
Te pedimos que no sólo admiremos su poder salvador,
sino que le aceptemos en fe como a nuestro hermano,
tu Hijo, nuestro Señor y Salvador.
Que él sea quien dé fundamento y sentido a nuestras vidas
y nos llene con su Santo Espíritu,
para que podamos edificar entre nosotros
tú , por medio de una comunidad
viva de fe, esperanza y amor.
Te lo pedimos por medio del mismo Jesucristo
nuestro Señor.
EN FAMILIA:
Que los niños escriban una carta a Jesús pidiendo por los enfermos.