Reflexión lunes 11 de mayo
Lectura del santo evangelio según san Juan (14, 21-26):
Dijo Jesús a sus discípulos:
“El que guarda mis mandamientos y los cumple, ese me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.”
Judas -no el Iscariote- le dijo: “Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?”
Respondió Jesús y le dijo: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama, no es fiel a mis palabras. La palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.”
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Queridos amigos y amigas:
Una de las cosas que me motivan a escribir, es que haciéndolo estructuro las ideas, siento que doy vida y en cierta manera construyo mi conversión.
Hay tres oraciones que me llaman la atención del texto (Juan 14,21-26).
1- “El que guarda mis mandamientos… ese es el que me ama.”
Guardar es sinónimo de estar atento, de saber observar, de estar pendiente de lo que le han asignado…
Mis mandamientos. Lo que Dios nos dice. Amar a Dios sobre todas las cosas… ¿Cómo se, que tanto amo a Dios y a mis hermanos?
Al igual que la fe, el amor no se manifiesta de otro modo que con obras. Por eso Jesucristo nos pide tener, guardar, obedecer Sus mandamientos para ser amados por el Padre y por Él. No hay otra forma de manifestar amor por Dios que amando a los hermanos, amando al prójimo.
Por lo tanto el mandato es a amarnos los unos a los otros, es preciso mostrarlo con la vida misma.
2- “El que me ama será fiel a mi palabra y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él.”
El Señor ama y hace morada en quien cumple los mandamientos y las palabras de Jesús.
Aunque estemos solos, nos sentimos acompañados, nos regala la posibilidad de vivir toda la vida, con sus días y sus noches, siempre con él, en su compañía. Jesús dice en su palabra, el Padre está conmigo, el que me ha enviado está conmigo. Es una soledad llena de la compañía de Dios.
El discípulo se goza de la compañía diaria de Dios. Tiene paz en su corazón, se le ve la alegría de vivir, sus palabras son de esperanza…
Nuestra vida en la tierra tiene un color muy distinto si se vive en unión con una persona que te quiere, y si esa persona es el Hijo de Dios…
3- “El Padre enviará en mi Nombre, el Espíritu Santo quien os lo enseñe todo y os vaya recordando toso lo que se os ha dicho.”
Hay momentos que me piden una orientación y me encuentro sin palabras. Entonces, digo mentalmente Espíritu Santo ilumíname que decirle a esta persona.
Y afloran palabras como:
– Hay que sacar lo mejor de esa situación.
– Este error es una bendición, porque es una oportunidad para aprender algo.
– Gracias a nuestras caídas podemos comprender más a los demás.
– La hermandad consiste en ayudarle al otro para que crezca y ahí radica el amor.
Precisamos fuerza de voluntad para pedirle al Espíritu Santo para que nos enseñe.
Cuando un discípulo es educado interiormente por el Espíritu Santo, puede seguir con mayor fidelidad a Jesús, conduce mejor su proyecto de vida y adquiere todo lo que se necesita para entrar en comunión total, con el Padre y con el Hijo.
PARA REFLEXIONAR:
1.¿Cómo manejamos nosotros la soledad y el abandono?
2.¿Qué camino nos muestra Jesús para manejar la soledad?
3.¿Qué promesa le hace Jesús a sus discípulos?
4.¿Hasta dónde debo amar?
5. Pon hoy atención a todo lo que ocurra en tu corazón, no te despistes y te entretengas con otros afanes y tareas, solo una te traerá la paz y la felicidad que tanto ansias: permanecer en tu corazón, porque solo ahí te encontraras con el Dios de la Vida.
¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.