Reflexión lunes 19 de septiembre
Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,16-18):
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.»
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Las palabras del evangelio siempre van dirigidas al corazón de la persona y por ello relacionadas con la vida. Los tres dichos de este evangelio se pueden relacionar teniendo presente a quién van dirigidas. El oyente de estas palabras es el seguidor del Señor, que vive la fe en el seno de la comunidad cristiana. Como testigo del Señor, el cristiano tiene que ser ejemplar de palabra y de obra, de modo que su vida sea un referente, una luz que dé sentido a la vida, siempre que su adhesión sea sincera y se mantenga unido, relacionado con Jesús, que es Dios. Esta cercanía no es ostentosa sino como una brisa suave que nos advierte y libra del peligro. La verdad no puede estar oculta tiene que guiar la vida de las personas. Si la fe en Dios aparece, en el mundo actual, como oculta se hará pública por el testimonio de los cristianos, de la Iglesia, no se puede ocultar y la mejor forma de manifestarla es la generosidad para con todos, grandes y pequeños, jóvenes y mayores.
La primera lectura del libro de los Proverbios es una exhortación llena de sabiduría, es como una concreción de la conducta que se inspira en la Palabra de Dios:
-“No niegues tu favor a quien tenga derecho si está en tus manos concedérselo.
– No digas a tu prójimo: vuelve otro día, mañana te daré.
– No maquines contra tu prójimo, mientras vive a tu lado confiado.
– No envidies al hombre violento”
La conclusión, el fundamento de etas exhortaciones aparece al final de la lectura:
– El Señor aborrece al perverso
– bendice la morada de los justos
– concede su favor a los humildes.
Una vida iluminada por el evangelio tiene que resplandecer por la humildad, la honestidad, la fraternidad y la bondad, valores evangélicos que no pueden permanecer ocultos y so0n el remedio para el orgullo, la vanidad y la mentira.
-Pidamos por la paz en el mundo entero.
-Por el nuevo curso que hemos empezado, profesores, alumnos y todo el personal de la Universidad Católica de Valencia, para que a todos nos ilumine la luz del evangelio.
-Pidamos por las vocaciones al sacerdocio.