Reflexión lunes 30 de junio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (8,18-22):
En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla.
Se le acercó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.»
Otro, que era discípulo, le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
Jesús le replicó: «Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos.»
Palabra del Señor
Reflexión
El evangelio nos habla hoy del seguimiento. Es la actitud fundamental del discípulo, la de cada uno de nosotros. Hemos de seguir a Jesús y esto significa conocerle, amarle e imitar sus actitudes. Descubrimos dos casos que Jesús nos presenta. En el primero es un escriba el que se acerca a Jesús y le comunica que quiere seguirle. El Señor le advierte que en ese seguimiento no va a encontrar beneficios materiales, el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. El segundo es un discípulo que pide a Jesús ir a enterrar a su padre. Jesús nos enseña que el seguimiento es fundamental, que no debe haber ninguna otra cosa en nuestra vida que se anteponga. El ejemplo es radical, pero el Señor quiere que entendamos la radicalidad del seguimiento.





