Reflexión martes 1 de junio
En aquel tiempo, enviaron a Jesús unos fariseos y partidarios de Herodes, para cazarlo con una pregunta.
Se acercaron y le dijeron: «Maestro, sabemos que eres sincero y que no te importa de nadie; porque no te fijas en lo que la gente sea, sino que enseñas el camino de Dios sinceramente. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?»
Jesús, viendo su hipocresía, les replicó: «¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea.»
Se lo trajeron.
Y él les preguntó: «¿De quién es esta cara y esta inscripción?»
Le contestaron: «Del César.»
Les replicó: «Lo que es del César pagádselo al César, y lo que es de Dios a Dios.»
Se quedaron admirados.
Palabra del Señor
“¿De quién es esta cara y esta inscripción?” (Mc 12, 13)
Al César lo que es del César… cuantas veces habrá escuchado estas palabras Jesús… y sin embargo una y otra vez vuelvo a pedirte cosas que no te corresponden… mientras que cuando me toca darte lo que es tuyo, porque tu eres Dios y yo soy una criatura tuya, y en mí está grabada tu efigie, porque yo soy imàgen tuya… igual que en esos denarios estaba la cara del César…
Hoy quiero Jesús darte gracias porque soy tuyo, porque estoy hecho a tu imagen y semejanza, porque me has creado para cosas grandes… es verdad que tantas veces me olvido, pienso que tengo que buscar el valor de lo que hago, de lo que aparento ante los demás, de las notas que saco… sin embargo hoy me vuelves a decir: no tienes que hacer nada, estás hecho a mi imagen y semejanza. ¡Gracias por tanto, Jesús! ¡Que vea tu imagen grabada en mí!