Reflexión martes 16 de enero
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,23-28):
Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»
Palabra del Señor
Reflexión
Comienzan las disputas entre Jesús y los fariseos. No todos están en disposición de acoger la novedad que supone el mensaje de Jesús. La enseñanza que quiere que entendamos y vivamos es que la persona es lo más importante. Cada individuo tiene un valor absoluto, porque es creado a imagen de Dios. Todos los preceptos de la ley están al servicio del hombre, para hacerlo mejor, para ayudarle en su relación con Dios. Se pervierte el verdadero sentido de la ley cuando se pone por encima de todo sin excepción. Para que los fariseos puedan entender esto les pone el ejemplo de David. Jesús ha venido para que superemos la literalidad de la ley y vivamos su sentido pleno que es el amor.