Reflexión martes 25 de noviembre
Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,5-11):
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.
Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»
Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «El momento está cerca»; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»
Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»
Palabra del Señor
Reflexión
Jesús nos dice en el Evangelio: ¡No os dejéis engañar! ¿A qué engaño se refiere? El Aleluya viene en nuestra ayuda. Hemos cantado un versículo del Apocalipsis (cf. Ap 2, 10): Sé fiel hasta la muerte, y te daré la corona de la vida.
Es una invitación:
– A la fidelidad, a confesar que Jesucristo es el Señor, el único Señor, y a dejar que sea Señor de tu vida, ¡de toda tu vida!
– A acoger confiadamente la Palabra de Dios y a vivir de ella. A no querer cambiarla según tus apetencias, tus criterios o las modas del mundo.
– A la conversión. A volver al Señor, a abrirte al Espíritu.
– A vivir como criatura, sin querer usurpar el lugar del Creador.
– A entrar en la historia de que Dios está haciendo contigo y a encontrarte con Él ahí, en tu vida cotidiana…
– A perseverar hasta el final. Pide el Espíritu Santo cada mañana.





