6 sept

Reflexión martes 6 de septiembre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,12-19):

En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó del monte con ellos y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salta de él una fuerza que los curaba a todos.

Palabra del Señor

Reflexión

Jesús era una persona de oración, enseñó a sus discípulos, a nosotros, a orar. Vivía en permanente diálogo con su Padre Dios. Especialmente, antes de tomar decisiones importantes o en los momentos trascendentales de su vida, Jesús pasa la noche en oración. Hoy lo contemplamos en esa actitud, justo antes de elegir a los doce apóstoles. Hay un grupo grande que le sigue, son los discípulos, pero ahora va a seleccionar a doce a los que nombra apóstoles. Es el grupo que va a preparar para confiarles la tarea de seguir su misión. Nos los presenta por su nombre. Son humanos como los demás, de nuestra misma pasta. Uno de ellos será el traidor, ya lo anuncia. Tras la elección sigue la misión, Jesús baja a la vida concreta y sigue curando y enseñando. Todo está al servicio del anuncio del evangelio.

pastoral

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