27 may

Reflexión sábado 27 de mayo

Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 20-25

En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Al verlo, Pedro dice a Jesús:
«Señor, y éste, ¿qué?»
Jesús le contesta:
«Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?»
Este es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero.
Muchas otras cosas hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni el mundo podría contener los libros que habría que escribir.

Palabra del Señor

Reflexión

¿Qué herencia nos dejaron los apóstoles?, la respuesta es clara, su testimonio de fe de haberse encontrado con Jesús, el mesías, el Señor.

 Cada uno de nosotros somos pasajeros momentáneos en este mundo, pero podemos dejar una gran herencia a la humanidad, el de haber sido testigos de la mejor misión que existe, la misión de Jesús.

La vida que se nos dio fue un don, ese don es para llevar una vida agradecida y no hay mayor agradecimiento que ser testigos del Señor.

Somos testigos en nuestras palabras y sobre todo en nuestra vida. Ese testimonio cuando habla de Jesús, tiene poder de dar vida, porque es el Señor el que se manifiesta a través de nosotros.

Heredamos una hermosa fe, demos este regalo de nuestro testimonio a las siguientes generaciones. Esa es la herencia que nos invita a realizar el mismo Jesús.

pastoral

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