Reflexión sábado 4 de marzo
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
Palabra del Señor
Reflexión
Jesús nos invita a la locura del amor, un amor que va más allá de lo que para el mundo es “normal”, más allá de los estándares sociales. Nos hace esta invitación sabiendo que es la forma de transformar la realidad, sabiendo que es el camino que Él optó para salvarnos, el camino de amor que va más allá de la reciprocidad.
Sin embargo, para una entrega a este nivel, para llegar a un amor tan “divino” al que somos invitados, solo lo alcanzaremos en la medida que cultivemos una relación íntima con el Señor, en la medida que nos reconozcamos amados hasta el extremo por Él. Un corazón que se da cuenta que es profundamente amado busca amar con el mismo tipo de amor.
Estamos llamados a cultivar nuestra relación personal con el Señor, a sabernos amados por Él y desde esa relación personal, amar a la manera de Jesús, en la realidad que Él en este momento nos está confiando.