Armada Española en el International Moot Court de Hasselt

Rafa Muestienses nos cuenta la experiencia de todos los compañeros que acudieron al International Moot Court de Hasselt.

Nos decidimos a hacer el trabajo, aunque no sabíamos bien lo agradecidos que de ello estaríamos tras vivir esta enorme experiencia ‘’International Moot Court’.

Lunes, 23 de Marzo. Aeropuerto de Manises, 11 de la mañana, dispuestos a empezar un viaje cuya primera parada sería Hasselt. Comenzaba el Moot Court con una ‘’Welcome Drink’’ en la que pudimos ver y conocer a nuestros adversarios por primera vez. Una primera toma de contacto, una de las muchas que íbamos a tener a lo largo de la semana.

Martes, 24 de Marzo. Nervios a flor de piel. Se acercaba nuestro debut, no solo en el Moot, sino un debut mucho más importante, un debut como abogados.

El caso: una empresa holandesa demandaba al Estado Belga por la imposición de una nueva tasa que tendrían que pagar los camiones que circulasen por las carreteras belgas. El dilema y cuestión central del debate residía en la reducción de dicha tasa que el estado belga habría aplicado a las compañías afectadas que residían en su país, en Bélgica. ¿Discriminación? Debate abierto.

Belgas, alemanes y daneses, además de los españoles, formábamos el cuadro inicial, que, tras esta primera jornada de juicios, se iba a ver reducido a la mitad.

Los enfrentamientos fueron duros, pero con destreza y una milimétrica observación de las reglas, conseguimos que dos de los tres equipos de la armada estuviésemos entre los cuatro elegidos para disputar las semifinales.

Miércoles, 25 de Marzo.  La lluvia, en Hasselt, olía a semifinales. Con la sensación de un trabajo bien hecho cogíamos el autobús 36 directos a afrontar las semifinales del Moot.

Por un lado, España-Alemania; por el otro, España-Bélgica.  No quedó nada en el tintero, todos los argumentos salieron a la luz, pero al final no fueron suficientes para conseguir un puesto en la final.

Miembros del jurado, demandantes, demandados y decenas de personas llenaban la sala para presenciar la gran final. Sólo uno podía alzarse con la victoria, y ese puesto fue bien merecido por Niels, Liesse y Bart, componentes del equipo ganador, que recibían su trofeo de ganadores durante la cena de gala.

A su vez, Santiago Navarro se llevaba el galardón al mejor orador del Moot, un premio ganado a pulso, juicio tras juicio.

Jueves, 26 de Marzo. Temprano viajamos a Lovaina, ciudad donde acudiríamos a la cena de gala, con jóvenes de diversos cursos internacionales, con los que compartimos nuestra última cena en tierras belgas. Todo un lujo.

Viernes, 27 de Marzo. Tocaba regresar a España, con la cabeza bien alta y la sensación de un trabajo bien hecho, con una experiencia inolvidable en nuestra espalda y con todos los puntos conseguidos: Moot, Meet and Compete.

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