Experiencia OUT – Carla Barona en JAMK (Finalandia)
Experiencia de Carla Barona, alumna de la Facultad de Enfermería que estuvo realizando su movilidad en JAMK University of Applied Sciences (Finalandia)
MI EXPERIENCIA ERASMUS EN FINLANDIA
Pocos meses antes de irme decidí solicitar una plaza vacante que quedó libre para realizar el erasmus práctico en Jyväskyla, Finlandia. Al principio no lo veía todo tan claro, no pensé que acabaría aceptando un erasmus y menos a Finlandia. Desde octubre hasta que me fui fueron unos meses cortos pero intensos de papeleos y sobre todo de estudios. Me examiné en diciembre lo cual me quitó un mes de estudio. Conseguí sacarme todas las asignaturas menos una en menos de un mes gracias a la gran motivación que tenía por irme.
Al aceptar la plaza me dijeron que iría con dos chicas más de mi curso, las cuales no conocía de nada. Poco a poco fui tomando contacto con ellas y decidimos solicitar la residencia juntas para poder vivir en el mismo piso las tres. A día de hoy, eso ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado. El 4 de enero salió nuestro vuelo a Jyväskyla, fue un viaje largo y agotador, pero no dormimos ni comimos de los nervios. Solo pensábamos en la llegada, en ver la casa que sería nuestro hogar durante 4 meses. Al principio todo eran gritos y emociones. Al día siguiente de llegar tuvimos que ir a una jornada de puertas abiertas que nuestra institución de allí nos organizó (Jamk University).
Allí conocimos a mucha gente de todas partes del mundo y fuimos entablando relaciones con ellos. Los primeros días eran un caos todo, nos perdíamos, no sabíamos dónde ir para empezar las practicas etc. Mencionar también que no íbamos ni la mitad de perdidas que podríamos haber ido gracias a una chica de un año más que el año pasado fue también a esa ciudad y contacté con ella para que nos ayudase un poco en nuestros primeros días. Al tener la primera reunión con nuestro tutor, un señor encantador y que nos ayudó en todo momento, supimos que no solo haríamos prácticas, sino que cursaríamos tres asignaturas allí, una de ellas Finés. Al principio nos quedaba todo muy grande y nos agobiamos, llamamos a Esther Navarro, nuestra coordinadora del erasmus la cual nos solucionó absolutamente todo desde la distancia. Fue por ello que hasta marzo no empezamos nuestras prácticas.
Los primeros meses íbamos a clase a menos 20ºC para pasar 6 horas diarias ahí. Las clases eran prácticas, usábamos maniquís, incluso a nosotras mismas para practicar. Fue de esta manera que pudimos aprender un poco sobre el aspecto sanitario en Finlandia y sus diferentes técnicas de aprendizaje ya que dicen que la educación allí es una de las mejores. Llegó marzo y con él nuestros nervios por empezar las prácticas. Nuestros días a partir de ese mes empezaban a las 5 de la mañana, con un café malo y un bus de 20 minutos hasta el hospital. Entrabamos a las 7 de la mañana como cualquier enfermera allí y salimos a las 3 de la tarde. Los primeros días fueron duros ya que pocas enfermeras entendían inglés y mi tutora no estaba para poder comentárselo. A los pocos días de yo empezar entraron en mi planta dos finlandeses de mi edad los cuales también estaban de prácticas. Desde ese momento todo fue mucho más fácil ya que ellos hablaban un inglés perfecto y sabían traducirme las conversaciones con los pacientes y ayudarme en todo. Los de la coordinación de prácticas del hospital decidieron contactar conmigo para asignarme un tutor diferente cada día que supiese hablar inglés para yo no depender de los otros estudiantes. Acepté encantada esta propuesta y desde ese día empecé a aprender de verdad. Estuve en una planta de oncología y medicina interna, la cual fue un poco dura ya que no había día que no hubiese algún fallecido. Tuve que vivir una de las experiencias más fuertes que he vivido durante mis prácticas en enfermería. Debido a que la enfermera allí trabaja como celador, auxiliar y enfermera, era trabajo de las enfermeras trasladar a los fallecidos. Y ese fue uno de mis trabajos, tuve que transportar junto a mi enfermera a un muerto a una sala de frigoríficos llena de muertos. Fue muy triste vivir día a día con pacientes que sabias perfectamente que al día siguiente ya no estarían. Tuve mucha suerte a la hora de las prácticas, ya que me asignaron el servicio que solicité y un hospital que estaba cerca de mi residencia, al contrario de mi amiga Paula.
Aparte de hacer prácticas y cursar tres asignaturas pudimos disfrutar mucho de lo que no era solo un curso académico. Conocimos a mucha gente, de todas partes del mundo. La residencia donde nos alojábamos (Ronimäki, KOAS), era una residencia llena de estudiantes. Eran bloques de edificios todo de gente joven. Hicimos viajes organizamos por la ESN, alguno nos coincidió con las prácticas, pero conseguimos organizarnos para recuperar los días ya que allí son muy flexibles para adaptarse a tu horario.
Viajamos a Laponia, Noruega, Estocolmo, Helsinki… Todo en compañía de las dos chicas que iniciaron el erasmus conmigo. Entablamos muy buena relación las tres y vivimos nuestros 4 meses 24 horas juntas. Conseguimos formar un hogar aun estando a 4 mil kilómetros de casa y hemos vivido la mejor experiencia de nuestras vidas juntas. Sin duda alguna, volvería a repetir esta experiencia. Ojalá haberme ido un año entero y no solo 4 meses ya que se nos hizo súper corto. También volvería a elegir este mismo destino, con la misma compañía con la que me fui. Al fin y al cabo, vivir a menos 26ºC y con 2 horas de sol diarias es lo de menos.
Muchas gracias Carla por compartir tu experiencia con nosotros, parece que fue bastante intensa. Nos alegra saber que repetirías y te deseamos lo mejor para tu futuro.