Signo neurológico en una disfonía: un paciente con ELA

Hace unos años atendí a un paciente de unos 45 años con diagnóstico de disfonía funcional. La compañía aseguradora le pagaba la rehabilitación programada para dos meses.

El primer día noté algo raro. El segundo día de trabajo me sorprendió que nasalizara la voz en algunos ejercicios. Comprobé la movilidad del velo. Aparentemente era normal para la fonación, la respiración y el reflejo de náusea. Sin embargo, la nasalidad estaba ahí.

El tercer día me di cuenta que aumentaba hacia el final del periodo en las emisiones largas. Le pedí que mantuviese una vocal en un tono neutro e intensidad considerable. Apoyé el extremo de un tubo de goma en su fosa nasal y el otro extremo lo introduje en mi oído para apreciar la función esfinteriana del velo del paladar. Ahí estaba: el paciente no podía mantener la contracción del velo más de seis segundos.

Revisé la anamnesis. El diagnóstico ORL había sido realizado en base a la sintomatología de fatiga vocal y la ausencia de lesión en repliegues vocales. Le expliqué que la nasalidad era un signo que no debiera estar en su cuadro de disfonía funcional y que requería una revisión del diagnóstico. Prácticamente no me hizo caso.

El cuarto día volví a comprobarlo todo. No había duda. Estábamos ante un signo neurológico grave. Le expliqué el comportamiento fisiológico del velo del paladar y que no poder mantener la contracción durante la fonación es una anormalidad de la función muscular. Lo entendió. Me preguntó si tenía algo que ver con lo que había observado últimamente: no podía mantener la fuerza al sujetar en el aire un objeto relativamente pesado unos segundos…

Le urgí para que fuera al neurólogo ese mismo día. En el plazo de una semana tenía el diagnóstico certero de Esclerosis Lateral Amiotrófica (info). Tras el periodo de shock, el paciente adoptó una actitud positiva y comenzó su periodo de adaptación a la enfermedad.

Fue una experiencia humanamente dura pero profesionalmente muy enriquecedora. Aprendí a valorar todos los detalles con sumo cuidado. Los ejercicios permitieron observar unos signos neurológicos incipientes que habían pasado desapercibidos hasta ese momento.

 

José Francisco Cervera

Logopeda

logopediaucv

1 comentario

  • LOGOPEDIA Y EDUCACIÓN
    19 enero, 2015 en 18:41

    Enhorabuena por el diagnóstico. Me encanta ver que hay mucha gente que se toma en serio su trabajo. 😉
    Saludos: Lola

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