15-de-septiembre

Reflexión lunes 6 de junio

Del evangelio según san Juan 19, 25-34

Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Clopás, y María Magdalena.  Jesús,  viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.»

Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: = «Tengo sed.» = Había allí una vasija llena de vinagre. Sujetaron a una rama de hisopo una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido.» E inclinando la cabeza entregó el espíritu.
Los judíos, como era el día de la Preparación, para que no quedasen los cuerpos en la cruz el sábado – porque aquel sábado era muy solemne – rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificado con él. Pero al llegar a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.

Palabra del Señor

Reflexión

Este título podría hacernos pensar más en la institución, que es la Iglesia, que en las personas que la formamos, pero cuando leemos los textos de la memoria que celebramos caemos en la cuenta de la dimensión humana y existencial de los mismos y del valor tan grande que la Virgen sea Madre de la Iglesia y Madre nuestra.

La lectura del libro del Génesis nos relata una debilidad humana que no ha perdido su vigencia. El Señor llamó a Adàn “¿Dónde estás?” Contestó el hombre “Oí tu ruido en el jardín, me di miedo, porque estaba desnudo, y me escondí”, replicó el Señor “¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?” Respondió9 Adán “La mujer que me diste…me ofreció del fruto y comí?” La mujer respondió “La serpiente me sedujo y comí” Así podríamos continuar pasando la responsabilidad sobre los demás de nuestro propios actos. Si somos sinceros esta escena nos retrata perfectamente a nosotros en nuestro actuar a lo largo de la vida, no solo individualmente sino socialmente. Si nos adentramos en la responsabilidad que tenemos cada uno hemos de asumir la parte de culpa que nos corresponde, pero el Señor en previsión de nuestra redención anunció la presencia de la Virgen, Madre de la Iglesia y Madre nuestra. En lo más hondo de nuestro ser reconocemos nuestra incapacidad para salvarnos y hemos de recurrir a la Revelación que nos oferta este don gratuito de la Madre.

El amparo nos alcanza en nuestra totalidad, no solo estamos perdonados en cuanto a la culpa, que podría ser, se nos escapara esta dimensión. Hay otra dimensión que se nos escapa: la muerte en Cruz de Nuestro Señor. Su morir es nuestro morir pero dignificado con la esperanza de una vida en plenitud, y qué otra cosa desea una madre para sus hijos la felicidad eterna e infinita, que por otra parte anhela nuestro corazón.

-Virgen María te pedimos por la paz en el mundo entero y por la paz entre Rusia y Ucrania.

-Virgen madre mira el corazón de tus hijos herido por la enfermedad, pobreza, injusticia.

-Virgen María cuida de la vocaciones sacerdotales en la Iglesia.

pastoral

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