Reflexión jueves 2 de junio
Lectura del santo evangelio según san Juan 17, 20-26
En aquel tiempo, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo: «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.
Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».
Palabra del Señor
Reflexión
- El texto del evangelio es parte de la oración sacerdotal que Jesús pronuncia en la Última Cena. Nos emociona escuchar en labios de Jesús que el anhelo o deseo que hay en su corazón respecto a todos nosotros sea el de compartir su gloria. Jesucristo nos ama. No sólo nos quiere unidos, sino que quiere que estemos junto a él toda la eternidad. Por ello, ha dado hasta la última gota de su sangre en la cruz.
Para cada uno de nosotros, ese anhelo de Cristo se transforma en una llamada a la santidad, a vivir unidos a Cristo ya aquí en la tierra. Conscientes de esa misión, los primeros cristianos se llamaban a sí mismos: “santos”, porque vivían unidos al único Dios, tres veces Santo. No se trataba de un presuntuoso orgullo, sino de la clara conciencia de la acción de Dios en nuestro interior.
- Ahora bien, ¿cómo conseguir esta unión en nuestra vida personal? Llenando nuestros pulmones con «el aire» del Espíritu Santo, por un lado; y, por otro, viviendo el amor a Dios en comunión fraterna con los demás hermanos en la fe.