10 jul

Reflexión lunes 10 de julio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (9,18-26):

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.»
Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.»
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.»
Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor

Reflexión

Génesis 28,10-22 y de Mt 9,18-26 son los dos textos que hoy leemos en la liturgia de la Palabra. Podríamos preguntarnos ¿Cómo se hace presente Dios en la vida de los hombres? En el caso de Jacob a través de un sueño Dios le renueva la promesa que había hecho a su abuelo Abrahán: te daré la tierra sobre la que estás acostado  y tu descendencia será como el polvo de la tierra. Las condiciones de Jacob son de absoluta pobreza, está dormido sobre una piedra. Pero la presencia del Señor se hace de una forma maravillosa, a través de un sueño, Jacob, vio una escalinata que apoyándose en la tierra tocaba con el otro extremo el cielo. Los ángeles subían y bajaban y de pronto oyó la voz de Dios renovando la promesa que había hecho a sus antepasados. Dios que suavemente se acerca a Jacob, diríamos al hombre, para hablarle.

El evangelio también se hace presente el Señor de una forma maravillosa y benévola. Primero un jefe de los judíos se acerca  y arrodillándose, adorándole, le suplica. La fe de este judío tiene su respuesta en la curación de su hija. Arrodillándose y suplicándole. ¿No hay demasiado orgullo y soberbia en los hombres de hoy? Queremos decidirlo todo por nosotros mismos. La mujer que le tocó el borde del manto pensaba que con solo tocarlo quedaría curada y así fue. De nuevo el Señor se acerca a los hombres, se deja encontrar por aquellos que lo buscan y no defrauda sus esperanzas. ¿Será así de sencillo encontrar a Dios en nuestras vidas? ¿Habrá que valorar el aire que respiramos, el encuentro con las personas como medios para encontrar al Señor? Si miramos el sacramento de su presencia real y verdadera entre nosotros, la eucaristía, no cabe mayor sencillez  y realismo, porque es una contemplación que acaba en comida y eso es lo que más necesitamos, y si la adoramos, como aparece en el evangelio, hemos de esperar que alimente y fortalezca nuestra fe y esperanza, nada complicado y nada lejos de nuestra vida si nos fiamos nos acercamos a Él.

-Oremos por la paz en el mundo, que cese la guerra.

-Oremos por la salud de todos los enfermos

-Oremos por la unidad de todas las familias y por las vocaciones al sacerdocio.

pastoral

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