Reflexión martes 21 de enero
Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,23-28):
Sucedió que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.
Los fariseos le preguntan:
«Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».
Él les responde:
«¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?».
Y les decía:
«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».
Palabra del Señor
Reflexión
Uno de los principales conflictos de Jesús con los fariseos es respecto al modo de entender la ley. Los fariseos la consideran como un valor absoluto que se debe cumplir a rajatabla, en todo momento y situación. Está por encima de cada persona y de su capacidad de discernir. Jesús, al contrario, considera que el único valor absoluto es el ser humano, cada persona tiene una importancia irreemplazable porque es un ser único, además de su condición de hijo de Dios. Por tanto, en el cumplimiento de la ley hay excepciones, como el mismo Jesús demuestra con el ejemplo de David y sus hombres que comieron de los panes ofrecidos al Señor. La enseñanza fundamental es que la ley está al servicio del hombre y de su bien particular y no al revés.