Reflexión del 18 de febrero, jueves

Toma_tu_cruz

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,22-25):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».

Entonces decía a todos:

«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?». Palabra del Señor

COMENTARIO

La Cuaresma que acabamos de inaugurar nos propone, a través de la oración y la revisión sincera y pacífica de nuestra vida, poner nombre a estas heridas o, en lenguaje evangélico, poner nombre a las cruces que llevamos a cuestas. Poner nombre significa ser consciente de ellas, aceptarlas, pedirle al sanador de Nazaret que cure las que sean curables, y que nos ayude a llevar con dignidad cristiana aquellas que nos acompañarán hasta los últimos días de nuestra vida. Él, que cargó con la cruz, nos ayuda a llevar la nuestra. No estamos solos.

Jesús atendió a los enfermos. No vemos en el evangelio ningún caso de indiferencia o desatención por su parte. Lamentablemente sí los vemos en nuestro entorno, enfermos que sufren en soledad su dolor. No permitas que ninguna persona enferma cercana a ti esté sola; puede tener todo lo material, pero lo que más necesita es tu compañía, tu cariño, tu comprensión, el regalo de tu persona; esta es la mejor medicina que puedes darle. Que en este tiempo de Cuaresma seamos, Señor, buenos cuidadores de los que más nos necesitan.

ORACIÓN

Señor Dios nuestro:

Tú nos amas y nos invitas

a participar de tu propia vida y alegría,

Por medio de una decisión profundamente personal.

Ayúdanos a elegirte a ti y a la vida

y a permanecer siempre fieles y leales

a esta opción fundamental,

por el poder de Jesucristo, tu Hijo,

que fue leal a ti y a nosotros,

ahora y por los siglos de los siglos.

REFLEXIÓN: (También en familia)

Hubo un tiempo en el que, en una isla muy pequeña, confundida con el paraíso, existían los sentimientos viviendo libres. En esta isla vivían en armonía el Amor, la Tristeza, y todos los otros sentimientos. Un día en uno de esos que la naturaleza parece estar de malas, el Amor se despertó aterrorizado sintiendo que su isla estaba siendo inundada.

Pero se olvidó rápido del miedo y cuidó de que todos los sentimientos se salvaran. Todos corrieron y tomaron sus barcos, y subieron a una montaña bien alta, donde podrían ver la isla siendo inundada, pero sin que corriesen peligro.

Sólo el amor no se apresuró, el amor nunca se apresura. Él quería quedarse un poquito más en su isla, pero cuando se estaba casi ahogando el amor se acordó de que no debía morir. Entonces corrió en dirección a los barcos que partieron y gritó en busca de auxilio.

La Riqueza, oyendo su grito, trató luego de responder que no podría llevarlo ya que con el oro y con la plata que cargaba temía que su barco se hundiera.

Pasó entonces la Vanidad que también dijo que no podría ayudarlo, una vez que el amor se hubiese ensuciado ayudando a los otros, ella, la Vanidad, no soportaba la suciedad.

Por detrás de la Vanidad venía la Tristeza que se sentía tan profunda que no quería estar acompañada por nadie.

Paso también la Alegría, pero esta tan alegre estaba que no oyó la súplica del amor.

Sin esperanza el Amor se sentó sobre la última piedra que todavía se veía sobre la superficie del agua y comenzó a menguar.

Su llanto fue tan triste que llamó la atención de un anciano que pasaba con su barco. El viejito tomó al Amor en sus brazos y lo llevó hacia la montaña más alta, junto con los otros sentimientos.

Recuperándose, el amor le preguntó a la Sabiduría quién era el viejito que lo ayudo… a lo que ésta respondió…. «El Tiempo” …. el Amor cuestionó: …»¿Por qué solo el Tiempo pudo traerme aquí?»…. La Sabiduría entonces respondió:

«Por qué sólo el Tiempo tiene la capacidad de ayudar al Amor a llegar a los lugares más difíciles»…

 

1- ¿A qué personaje del cuento nos parecemos a veces con nuestro comportamiento?

2- ¿Hay veces, en nuestro juego, en el cole… que damos de lado a aquellas personas que se acercan a nosotros con cariño pidiéndonos nuestra ayuda?

3- ¿Qué podemos hacer nosotros para demostrar que cada día queremos un poquito más a los que están a nuestro lado?

https://relicasasnuevas.blogspot.com/2016/02/6-cuentos-para-reflexionar-en-cuaresma.html

pastoral

pastoral

Leave a Comment