Reflexión del Domingo, 21 de febrero

 

1_Cuaresma

 

Evangelio

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 12-15

     En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:

«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».

Palabra del Señor.

Reflexión

El pasado miércoles, comenzamos el tiempo de Cuaresma, con la imposición de la ceniza. El tiempo litúrgico de la Cuaresma, es el tiempo de preparación a la Semana Santa, que culmina con la Pascua de Resurrección, como dice San Pablo: si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe y escasa sería nuestra esperanza.

En este tiempo de Cuaresma, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre la manera de vivir y de comportarse de cada uno de nosotros, ver qué aspectos hay en nuestra vida que podemos cambiar, que podemos mejorar, para que seamos cada vez mejores cristianos, mejores personas.

En este primer domingo del tiempo de Cuaresma la liturgia de la palabra nos propone el Evangelio de las tentaciones de Jesús. Pero no nos quedemos solamente en el momento de las tentaciones, fijémonos en lo más importante, que son las últimas palabras del Evangelio: convertidos y creer en el Evangelio.

Este es nuestro eslogan, no solamente para este tiempo de Cuaresma, sino también para todos los días de nuestra vida, todos los cristianos tenemos que estar en continua conversión a Dios. Preguntémonos donde tenemos nuestro corazón, si lo tenemos en Dios o lo tenemos en las cosas terrenales de esta vida, que con frecuencia no nos dejan nada más que vacío y frustración.

Tengamos ahora más que nunca una mirada positiva, un corazón lleno de esperanza, para que podamos nosotros ser portadores del amor de Dios en medio de nuestra vida, comenzando por nosotros, aceptándonos como somos, pidiendo perdón a Dios de nuestros pecados e intensificando en este tiempo de Cuaresma la oración y el trato personal con el señor especialmente en los sacramentos.

Que le pidamos a la Virgen María en este tiempo de Cuaresma, ella que estuvo siempre a lado De la Cruz de Jesus, que nos ayude también a cada uno de nosotros estar siempre al lado de Jesús todos los días de nuestra vida.

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