Reflexión del Domingo, 25 de abril
Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18)
En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»
Palabra del Señor
Reflexión
Celebramos en este día el llamado Domingo del Buen Pastor. Cada año, el 4º domingo de Pascua está consagrado a meditar acerca Jesús como nuestro buen pastor, y acerca de nuestra condición de ovejas de su rebaño.
En este trocito del discurso, Jesús dice Él no es un pastor corriente; a Él le importa más la vida de sus ovejas que la suya propia, y anticipa con estas palabras su entrega en la cruz. Dice que Él va a entregar la vida voluntariamente, por amor; que nadie se la arrebata, sino que la Pasión y la cruz está dentro del designio de amor del Padre acogido por el Hijo.
Es muy importante que sepamos hacernos ovejas de Jesús. Lo propio de las ovejas es tener un buen oído. No saben orientarse bien, no tienen buena vista, no pueden defenderse ante un animal que les ataca… pero sí que saben reconocer la voz de su pastor y dejarse conducir por él.
Jesús dice que nos conoce (qué alivio y qué alegría… conoce la debilidad de mi corazón); y que las que son de verdad de Él, también conocen a su pastor.
¡Señor, ayúdame a conocerte cada día más, ayúdame a aprender a escuchar tu voz en los acontecimientos de cada día, en tu Palabra, en mi historia… para que pueda seguirte de verdad y encontrar la alegría y la Paz a tu lado!
Este domingo, además, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y la Jornada de Vocaciones Nativas, con el lema «¿Para quién soy yo?». Una llamada a reconocer para qué estamos hechos, qué sentido tiene nuestro paso por este mundo, qué proyecto tiene el Señor para cada uno de nosotros. Quiere que todos colaboremos en la construcción de su Reino, que cada uno, según la vocación a la que nos llama, testimoniemos con nuestra vida que él es el Señor. Hoy la comunidad cristiana está llamada a orar al Señor de la mies para que mande obreros a su mies. Para que no falten en su Iglesia hombres y mujeres que respondiendo a su llamada hagan presentes en sus vidas el amor de Dios. Le pedimos al Señor que suscite entre nosotros vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, que también surjan abundantes en los países de misión, que no les falten los medios necesarios para desarrollarse.