Reflexión del martes, 23 de marzo
– «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros.»
Y los judíos comentaban:
– «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: «Donde yo voy no podéis venir vosotros»?»
Y él continuaba:
– «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados.»
Ellos le decían:
-«¿Quién eres tú?»
Jesús les contestó:
– «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él.»
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús:
– «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada.»
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Hola Jesús, está a punto de acabar la Cuaresma y me ha pasado volando… La verdad es que esto del Covid lo ha cambiado todo… restricciones, mascarillas, toques de queda, cierres perimetrales… y en medio de todo esto sigo preguntándome: ¿quién eres tú? ¿eres solamente un hombre extraordinario? ¿eres alguien que dijo cosas hace dos mil años? ¿eres un personaje histórico? ¡Eres mucho más! ¡Eres Dios mismo y has venido para que pueda aprender a conocerte, para que pueda aprender a ser hijo tuyo!
Hoy me dices que cuando te levantes te conoceré… estás hablando de tu pasión, de tu muerte en la Cruz, del amor infinito que me tienes… que lo has dado todo por mí. ¡Qué impresionante eres Jesús! ¡Cómo me conmueve saber que me has amado hasta el extremo! ¡Ojalá que hoy me sienta querido por ti, que sienta que mi vida vale la pena porque la tuya también ha valido la pena!