Reflexión domingo 18 de julio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,30-34):
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.»
Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Palabra del Señor
Reflexión
El Evangelio de este domingo muestra la humanidad entrañable de Jesús, que quiere el descanso real de todos sus hermanos.
El Evangelio del domingo pasado nos narraba el envío que Jesús hizo a sus 12 discípulos; los enviaba sin nada, como ovejas entre lobos y con la certeza de que el Padre iba a ser providente con ellos. Hoy se nos relata este momento en el que los discípulos vuelven con Jesús. Éste, como un padre cuidadoso, quiere llevarse a sus hijos a un lugar aparte, donde puedan descansar y estar con Él. Pero al llegar allí Jesús encuentra a tantas de sus ovejas que le necesitan y le buscan, y su corazón de pastor se queda enternecido y comienza a enseñarles.
Hoy nosotros, reconociéndonos sus ovejas descarriadas, corramos hacia Él. Vayamos a estar con Jesús y a escuchar su Palabra. Ojalá podamos descubrir que estar con Él y escucharle es el verdadero descanso que necesitamos este verano.
“Una cosa pido al Señor, eso buscaré, (…) gozar de la dulzura del Señor” (Sal. 26)