
Reflexión domingo 25 de mayo
Lectura del santo evangelio según san Juan 14,23-29):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado.» Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»
Palabra del Señor
Reflexión
En la última etapa de su vida pública, Jesús va explicando a sus discípulos las Escrituras para que, cuando venga el Espíritu pudiesen entender. En este pasaje, recuerda que el seguimiento de Cristo tiene como base y presupuesto el amor, que viene del mismo Dios. Quien ama a Dios guarda su Palabra y descubre que Dios le ama y habita en él.
La Paz, esa paz «desarmada y desarmante» que nos recuerda constantemente el Papa León XIV, no viene de otro lugar sino de Dios y es signo de la presencia de Él entre nosotros.
Que Dios nos conceda amarle y guardar su Palabra, para que así, la Paz de Cristo esté en nosotros y podamos vivir siempre en el Amor de Dios.