Reflexión jueves 18 de enero
Lectura del santo evangelio según san Marcos (Mc 3,7-12)
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió una gran muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una barca, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Los espíritus inmundos, cuando lo veían, se postraban ante él y gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
Palabra del Señor
Reflexión
- Hay un video de Youtube en el que se narra la vida pública de Jesús a través de mensajes de Twitter. En él se puede ver que, cuando éste empieza su predicación y sus curaciones el número de seguidores crece rápidamente. Pero, cuando llega el momento en el que Jesús perdona los pecados y cura en sábado, los fariseos se ponen en su contra y los seguidores de Twitter empiezan a descender. Es un poco lo que Marcos nos ha ofrecido en su presentación de Jesús en los primeros capítulos de su evangelio. Es más, Marcos nos indica que desde ese momento fariseos y herodianos empezaron a planear el modo de acabar con él.
Aun así la fama de Jesús como un hombre de Dios era grande y una gran muchedumbre de Galilea le sigue, pero también gente procedente de las otras regiones: «Judea, Jerusalén, Idumea, Transjordania y de las cercanías de Tiro y Sidón»; de toda Israel.
Dentro de esa multitud muchos son personas enfermas. Conocedores de los milagros que ha obrado, «todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo».
Querían tocar a Jesús. Me hace recordar la escena de la plaza de la Virgen de Valencia el día en el que la patrona sale a una plaza llena a rebosar. Todo el mundo quiere tocar el manto de la Virgen. A la gente le gusta tocar a los santos. De algún modo se piensa con ello que algo bueno se nos “pegará”. Ya lo dice el refrán: «Quién a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija».
También nosotros nos acercamos a la eucaristía para tocar a Cristo en la palabra y en su cuerpo, porque entrando en contacto con él tenemos la esperanza de ser sanados de nuestras debilidades y enfermedades.
- Junto a las curaciones, el evangelista subraya el reconocimiento que hacían de su condición divina los espíritus inmundos. «Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer».
Marcos quiere esconder en su relato la filiación divina de Jesús hasta el momento apropiado: el de la crucifixión y la resurrección. Sólo entonces se entenderá adecuadamente el mesianismo de Jesús.