Reflexión jueves 29 de octubre
Lectura del santo evangelio según san Lucas (13,31-35):
En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: «Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte.»
Él contestó: «ld a decirle a ese zorro: «Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término.» Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Pero no habéis querido. Vuestra casa se os quedará vacía. Os digo que no me volveréis a ver hasta el día que exclaméis: «Bendito el que viene en nombre del Señor.»»
Palabra del Señor.
COMENTARIO:
La comunidad lucana, refleja en el texto que hemos leído, el conflicto que Jesús y todos los que seguimos su proyecto tendremos cada día. Y el conflicto es con la amenaza de muerte que viene de la oposición, de quien se siente confrontado y señalado, juzgado y condenado por todo su comportamiento contrario al propuesto por Dios, hecho vida en Jesús y ratificado por su Espíritu. Este personaje histórico, Herodes, contemporáneo de Jesús y todo su entorno religioso, político y económico tiene claro que la salida es matar, eliminar a quien está actuando en forma contraria a sus intereses.
Pero lo más significativo que refleja el pasaje es la dureza con que Jesús responde a la amenaza de muerte, y sabemos que es una respuesta de no retroceso, de no miedo a la muerte, de no suspensión de la misión, porque ésta terminará cuando todo el universo pueda proclamar: “Bendito el que viene en nombre del Señor! Y esta proclama no será solo dentro del pueblo elegido, sino más allá de estas fronteras religiosas, cultuales, ideológicas.
San Lucas es el evangelista de la ternura, de las entrañas sensibles ante la realidad de un pueblo que no comprende la propuesta de salvación, de libertad, de justicia. En el pasaje en referencia Jesús aparece con toda la sensibilidad que un líder puede tener, cuando no hay respuesta positiva, sino negativa. La expresión: ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas! Es el mismo sentimiento de millares de mujeres y hombres que en el mundo intentan salvar la familia, proteger la comunidad y hacer más justo el mundo en el que todos queremos vivir. Son los gritos de muchos y muchas que le hemos entregado todo al proyecto de Jesús, especialmente la VIDA TOTAL, sin reservas. Vale la pena seguir gritando como Jesús, que no tenemos miedo a quienes nos amenazan. No saben lo que hacen, ni lo que pierden. Oremos por todos los condenados a desaparecer por la causa de Jesús y sigamos apostándole y dando todo.
ORACIONES:
Señor Dios nuestro:
Tener un ideal, una meta,
un destino claro a donde ir,
aun a costa de sacrificio y de dolor,
es muy tranquilizador
incluso en medio de la incertidumbre.
Guárdanos siempre en actitud de marcha,
caminando con fe y confianza,
sin miedo ni vacilación,
porque estamos seguros
de que nada nos puede dañar
y que ninguna prisión
hecha por manos o mentes humanas
puede arrebatarnos nuestra libertad interior
que tú nos has dado,
por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén
REFLEXIONES:
Cristo nos sigue pidiendo ser luz del mundo. Creer en Jesús es dar testimonio de Él. A unos Dios les pedirá el testimonio con su sangre, a otros el testimonio con sus actos y buen ejemplo, y a otros el testimonio con la vida entera dedicada a Él. Sabemos que nuestra debilidad será siempre un obstáculo para nuestra fidelidad, pero contamos con la fuerza del que todo lo puede. San Pablo dice, «todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Fil. 4, 13). No hay nada que temer si Él está con nosotros, pues nada nos puede separar de su amor, ni la muerte ni la vida ni ninguna otra criatura lo hará (cf. Rom 8, 38) si nosotros nos anclamos al Corazón de Jesús y nos dejamos amar por Él.
ACTIVIDADES PARA REALIZAR EN FAMILIA:
Cada miembro de la familia cuenta cómo se imagina a Dios. Y cuenta también que está haciendo Jesús mientras se le reza. Este ejercicio ya es en sí oración y sirve para corregir desviaciones respecto a la imagen que tengamos de Dios.