30 de abril

Reflexión Jueves 30 de abril

Lectura del santo evangelio según san Juan (6,44-51):
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado, y yo lo resucitaré en el último día.

 

Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre. En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo».

 

 

Reflexión:

 

El evangelio de hoy nos ofrece algunas frases sobres las que poder reflexionar brevemente.

 

La primera: “El que cree tiene vida eterna”. Este tiempo pascual es un perenne recordatorio del misterio central de nuestra fe: Jesucristo ha resucitado y con su resurrección ha roto las ataduras de su muerte y de la nuestra. No hemos sido rescatados con bienes efímeros, con oro o plata, sino con la sangre de Cristo mismo. Aquí reside nuestra grandeza y nuestra esperanza: «Dios sabe encontrar en nuestro fracaso nuevos caminos para su amor. Dios no fracasa» (Benedicto XVI).

 

Una segunda frase del evangelio: “Serán todos discípulos de Dios”. Todos los fieles cristianos, no solo los curas y monjas, estamos llamados a dar testimonio de la Buena Noticia, a ser sal de la tierra y luz del mundo. Durante este tiempo de pandemia hemos comprobado como todos, desde nuestros lugares y con nuestras habilidades, podemos ser fuente de luz para los demás en los diferentes ámbitos de la vida: familiar, laboral o pastoral; como incluso en medio de la enfermedad podemos irradiar vida y esperanza a quienes están a nuestro lado.

 

Finalmente, “yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre”. Ante el misterio de Cristo eucaristía que en este tiempo tantos católicos no pueden recibir, quisiera recordar las palabras del señor arzobispo en su última carta a la comunidad diocesana: «Como “padre” que soy y me siento, nada me desgarra más mi corazón y me lo traspasa que el no poder dar a todos el alimento, el pan de vida, y no por miedo, sino por caridad, no poder llamar a todos a tomar este Pan, por deber de los mandamientos de Dios. Y pienso lo que sufrirá un padre que se haya quedado sin trabajo y no pueda dar a sus hijos el alimento que necesitan, que no coman, ¿habrá algo más doloroso para un padre que esto, no darles el pan y que se queden los hijos sin comer? Comprendedme, por favor, algunos no lo comprenden y esto aún me hace sufrir más».

 

Mantengámonos todos unidos en la oración en torno al Padre y al obispo, intercediendo unos por otros en el amor fraterno.

 

En familia.

 

Invitación a ver la serie “Por muchas razones”:  https://www.atresplayer.com/snacks/por-muchas-razones/

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