Reflexión lunes 1 de mayo
Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo las roba y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el Buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y en solo Pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre».
Palabra del Señor.
Reflexión
El mes de mayo es de una devoción especial a la Virgen María. Coincidiendo con el tiempo pascual, la Resurrección del Señor es la esperanza que llena el corazón de la Virgen y el de toda la Iglesia. Este año, en Valencia, celebramos el primer centenario de la coronación canónica de la Virgen de los Desamparados como patrona de todos los valencianos. Un año más hemos de demostrar que en Valencia “la fe per vos no mor” con palabras y buenas obras. También este mes se inicia con la memoria de San José Obrero, fiesta que dignifica el trabajo todos los hombres. El trabajo no es una maldición ni un castigo de Dios. Como leemos en libro del Génesis, Dios encargó a nuestros padres cuidar del paraíso, lo que suponía cultivar la tierra y vivir de los frutos de la misma.
En el evangelio de hoy, Jesús se presenta como el Buen Pastor. Jesús es el sujeto de un enunciado de estado en el que lo que es y lo que hace, ser y parecer constituyen una figura verdadera, auténtica; de la bondad del Señor brota todo un hacer que no tiene comparación, da su vida por las ovejas, conoce a cada una de las ovejas y estas conocen su voz, igual que el Padre me conoce, y yo conozco al Padre. No es un conocimiento teórico sino experimental, el amor que da la vida por los demás y del que nos hace plenamente partícipes si nosotros nos dejamos querer. Es un amor para todos sin distinción de raza o cultura. El egoísmo, la soberbia, la discriminación de las personas, la violencia, la guerra, el desprecio de los derechos de las personas son los opuestos al amor del Señor. La identidad con su Padre es porque Jesús entrega su vida y lo hace para poder recuperarla, la entrega libremente: “Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre”. Si el constituirse Jesús como el Buen Pastor suscitó la ira de escribas y fariseos, las últimas palabras suscitan el calificativo de endemoniado. Ante ellas solo cabe la actitud de adoración porque es el Señor y nos da la clave para entenderlo “he venido para que tengáis vida”, todo el misterio de amor entre Padre e Hijo es “por nosotros pecadores”, por nuestra salvación.
-Le pedimos al Señor por las vocaciones al sacerdocio.
-Le pedimos a la Virgen que interceda por la paz mundo.
-A San José para que haya trabajo digno para todos
-Por todos los jóvenes para que encuentren en Jesús un modelo de humanidad.