Reflexión lunes 11 de octubre
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Un signo, una señal para creer le piden a Jesús, es decir, evidencias, certezas que nos ahorren la libertad para creer y eliminar el riesgo que comporta la libertad, humanamente podemos acertar o equivocarnos. En este caso, nuestra decisión, adhesión no se fundamenta en nosotros sino en la persona de Jesucristo, origen de la Salvación. Su Palabra, su Pasión y Muerte fueron un signo histórico confirmado por la Resurrección ¿Dónde encontramos un signo mayor que el de Jesucristo que ilumine y dé sentido a nuestras vidas? Se hace imprescindible la meditación, contemplación y oración ante tan grande misterio.
Contemporáneo de Jesús es la figura de Pablo que no pasa por ser un ignorante, la seriedad de sus escritos, conociendo su procedencia, son un testimonio realmente impresionante, la película Pablo, Apóstol refleja esta profundidad iluminada por el misterio de Nuestro Señor. En el comienzo de la carta a los Romanos que leemos hoy Pablo se presenta con estos títulos: siervo, apóstol y elegido no para anunciar certezas o evidencias sino para proclamar la Buena Nueva del Evangelio, es decir, para anunciar a Jesucristo Salvador de nuestras vidas, de toda la humanidad. El maldito que muere en el madero de la cruz ha resultado ser nuestro Salvador, la Resurrección no hace a Jesús Hijo de Dios, ya lo era, pero es un hito importantísimo en el proyecto salvador de Dios.
La Iglesia se sitúa en la misma dirección de Pablo, elegida por el Señor para transmitir la Buena Nueva de la Salvación al mundo de hoy. La dificultad permanece porque no es algo automático, la persona humana debe adherirse libremente y correr el riesgo de creer. Nuestra sociedad tiene evidencias del mundo sensible y experimental y en algunos casos ya no es tanto una decisión sino una imposición de quienes pretender orientar y regir el mundo desde estas evidencias del poder ideológico, económico y político. El día cuatro recordábamos la figura de San Francisco de Asís, la lectura del himno a la Creación nos invitaba a la reconciliación con la naturaleza, con la humanidad y con el Creador de tanta belleza y hermosura de la naturaleza.
-Oremos por Papa, los obispos y todo el pueblo de Dios.
-Por las vocaciones al sacerdocio.
-Por los afectados de San Miguel de la Palma por causa del volcán.
-Por la salud de todos los enfermos.