17 ene

Reflexión lunes 17 de enero

Lectura del santo evangelio según san Marcos (2,18-22):

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?»
Jesús les contestó: «¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»

Palabra del Señor

REFLEXION

Las fiestas cristianas de Navidad y Epifanía del Señor nos dejan una presencia consoladora y gratificante, la cercanía y la humanidad en la persona del Hijo de Dios, Jesús de Nazaret, esta es la gran novedad del Evangelio.

En sí mismo Jesús era fuente de la revelación de Dios y eso era algo que resultaba muy difícil de aceptar para los fariseos y escribas. Los discípulos de Juan que aparecen también planteando la pregunta del ayuno aceptaron, como su maestro, la autoridad del Señor, supieron adaptarse a los nuevos tiempos. Aceptar la novedad del evangelio no era simplemente cambiarse de traje, era acoger la persona de Jesús y la enseñanza nueva que predicaba. Los fariseos son unos actores que recorren los itinerarios de lo legal, lo que proponían las leyes rituales y prácticas ascéticas, un recorrido que evidentemente tenía su parte buena, pero en sí mismas esas prácticas no producían el cambio del corazón. El itinerario que recorre Jesús es totalmente nuevo: no está hecho el hombre para el sábado sino el sábado para el hombre,  el que esté limpio de pecado que tire la primera piedra, no necesitan médico los sanos sino los enfermos, cuando regresa el hijo pródigo el padre se funde en un abrazo con su hijo, claro solo Dios puede perdonar los pecados. Padre perdónales porque no saben lo que hacen. Salva el amor, la misericordia, el perdón y esto era y es un traje totalmente nuevo, saberlo encarnar y vivir es una gracia que hay que pedir al Señor, es vivir la vida con ilusión, con alegría aceptando los riesgos que conlleva cuando empezamos algo nuevo. El traje y los odres nuevos son dos figuras que representan la novedad y el carácter festivo y alegre de la vida, naturalmente una vida que busca servir y llevar esperanza y consuelo a los demás y a uno mismo, la letra mata y el Espíritu da vida.

Esta gracia se la pedimos al Señor, que sepamos acoger el regalo de la vida cada día, que sepamos ver con ojos de bondad y agradecimiento las maravillas que encierra nuestro mundo. Que el afán egoísta del mundo no ciegue nuestro corazón.

-Te pedimos Señor por la paz en todos el mundo

-Te pedimos Señor por la salud de todas las personas

-Te pedimos Señor que sepamos ayudar siempre a nuestros hermanos.

pastoral

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