
Reflexión lunes 19 de mayo
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,21-26):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Le dijo Judas, no el Iscariote:
«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».
Palabra del Señor
Reflexión
Jesús sigue instruyendo a sus discípulos y a nosotros. Hoy nos habla del amor que hay entre Él y sus discípulos. No se trata de un amor sentimental o afectivo. Es el amor que se concreta en el cumplimiento de los mandamientos. El amor implica agradar a la persona amada. Jesús quiere que escuchemos sus mandamiento y que los cumplamos, porque en ellos encontramos su voluntad. Además el Señor también nos recuerda su intimidad con nosotros. Él se ha querido revelar a sus discípulos, darnos a conocer el verdadero rostro de su Padre Dios. Quiere que se establezca una relación de intimidad entre cada uno de los creyentes, con Jesús y su Padre Dios, que quieren habitar en nosotros. No es fácil entender el mensaje de Jesús, pero Él nos garantiza la asistencia del Paráclito, del Espíritu Santo que nos va a enseñar y va a actualizar nuestra memoria con las enseñanzas de Jesús.