Reflexión Lunes 20 de abril. Festividad de San Vicente Ferrer
SEGUNDO LUNES DE PASCUA VALENCIA 20 ABRIL 2020
FESTIVIDAD DE SAN VICENTE FERRER (1340 -1419)
Quizá San Vicente Ferrer, patrono principal de la Comunidad Valenciana, sea una figura oportuna para el momento presente.
Valencia, en este tiempo primaveral, en el tiempo de Pascua, celebra sus grandes fiestas de carácter religioso. La de hoy nos trae la memoria de un valenciano, religioso dominico, conocido en toda la Iglesia por su santidad, sabiduría y compromiso evangélico. En el campo de la religiosidad popular es muy conocido, los altares, la representación de los milagros por el mundo de la infancia, las procesiones, han llenado las calles de Valencia. Este año lo hará en la intimidad de cada familia. de cada corazón.
La primera lectura de la Liturgia de la Palabra nos ofrece un fragmento del libro del Apocalipsis del que cito estas palabras: “Y ví otro ángel que volaba por lo más alto del cielo…Decía con voz potente: -Temed a Dios dadle gloria, porque ha llegado la hora de su juicio. Adorad al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales de agua.”
En la Sagrada Escritura el temor de Dios no es una amenaza sino un principio de conocimiento de Dios. El Segundo Isaías para consolar al pueblo de Israel, que ha experimentado el exilio de Babilonia, emplea el argumento, la mediación de la creación, ¿Quién ha medido el mar, la extensión del cielo? ¿Quién ha pesado los montes y las colinas?, si esto resulta imposible de conocer para nosotros, ¿Quién puede medir el aliento del Señor? La Escritura nos dice que el Señor con su Palabra poderosa lo creó todo y con su Espíritu infundió vida en ser humano, hombre y mujer. El mismo profeta nos dice que el Señor es un Dios eterno, no se cansa, no se fatiga y fortalece al cansado.
No cabe la menor duda de que San Vicente sabía persuadir a los fieles y sus palabras del Apocalipsis “Temed a Dios y dadle gloria” no son palabras para provocar miedo, sino todo lo contrario, levantar el ánimo, la esperanza, son palabras de triunfo y de gloria porque Cristo Nuestro Señor Resucitado es la garantía
Oraciones
-Por todos los fallecidos en el dia de hoy, para que el Señor los haya perdonado y acogido en el Reino de los Cielos.
-Seguimos pidiendo al Señor por la salud de todos los enfermos y en particular y en particular por los enfermos de la epidemia.
-Por la paz en el mundo.
-Por todo el pueblo de Valencia que reza, hoy, a San Vicente Ferrer, patrono principal de la Comunidad Valenciana, para que la paz, la justicia y la salud nos alcancen a todos.
-Y a nuestra madre, Virgen de los Desamparados, que extienda su manto protector sobre todas las personas.
Lectura del santo evangelio según san Marcos (16,15-18):
Y añadió:
Id por el mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Queridos amigos y amigas:
Hoy celebramos S. Vicente Ferrer, Patrono de la Comunidad Valenciana.
Un dominico, predicador, lógico y filósofo, conocido cariñosamente como “San Vicente, el del ditet”, por sus milagros alzando su dedo índice.
Vicente trabajó activamente para conseguir solucionar el llamado “Cisma de Occidente” o “Cisma de Aviñón” (hoy Patrimonio de la Humanidad), entre 1378 y 1419, oponiendo los papados de Roma y Aviñón. En la época, Peñíscola fue Ciudad del Papa Benedicto XIII, excluido de Aviñón.
La participación de Vicente Ferrer en los temas religiosos de la época fue, sin duda, un hecho fundamental para el futuro de toda España.
Terminó su vida en Bretaña (Francia). Antes de morir, tuvo un emocionado recuerdo para su pueblo valenciano. Más de 800 prodigios o milagros fueron contados en su Proceso de Canonización. Fue enterrado en Vannes (Bretaña – Francia) donde murió a la edad de 68 años, el 5 de Abril de 1419.
Hay una docena de Altares en varios lugares de la ciudad, con imágenes del santo (“la putjà del Sant”) subidas desde la media noche anterior, a las hornacinas (nichos), y hacen varias representaciones teatrales de “Els Miracles” (los milagros) en tablados móviles montados por la ocasión.
Por eso, el evangelio de hoy nos dice que la misión de la Iglesia es evangelizar y perdonar los pecados a través del sacramento del bautismo.
El Bautismo es en un cierto sentido el documento de identidad cristiana, su certificado de nacimiento. Es el certificado de nacimiento a la Iglesia. Todos sabemos el día que nacimos. De verdad, ¿es así? Celebramos todos los cumpleaños.
Todos celebramos el cumpleaños. Pero voy a hacerte una pregunta: ¿quién de vosotros se acuerda de la fecha de su bautismo?… Hay pocos, ¿eh? No muchos…
Pero hagamos una cosa, hoy que estamos en casa, preguntemos: ¿Qué día fui bautizado? Buscad. Éste es el segundo cumpleaños. El primer cumpleaños es el cumpleaños a la vida y éste es el cumpleaños a la Iglesia: es el día del nacimiento a la Iglesia…
El Evangelio nos comenta que el bautismo está unido nuestra fe en el perdón de los pecados. El sacramento de la Penitencia o Confesión es, de hecho, como un segundo bautismo, que tiene siempre como referente el primero para consolidarlo y renovarlo.
En este sentido, el día de nuestro bautismo es el punto de partida de un camino, de un camino hermosísimo, de un camino hacia Dios, que dura toda la vida, un camino de conversión y que continuamente se apoya en el Sacramento de la Penitencia.
Y pensemos también en esto: cuando vamos a confesarnos de nuestras debilidades, de nuestros pecados, pidamos el perdón de Jesús, pero renovemos también el Bautismo con este perdón, eso es hermoso. Es como celebrar en cada confesión el día del Bautismo.
Y así, la confesión es una fiesta para celebrar el día de nuestro Bautismo. La confesión es para todos. Para mantener limpia esta vestidura blanca de nuestra dignidad cristiana.
¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.