20 de julio

Reflexión lunes 20 de julio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,38-42):

En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un signo tuyo.»
Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.»

REFLEXIÓN

La memoria, como parte de la tradición, es fundamental en la Sagrada Escritura y en la vida de la Iglesia. No podemos transmitir los valores de nuestra fe sino los recordamos y los vivimos en la liturgia de la Iglesia y en nuestra vida diaria.

La primera lectura del profeta Miqueas es memoria y vida de fe. El Señor ha salvado a su pueblo de la esclavitud de Egipto y le ha mostrado en muchas ocasiones su favor  gratuitamente, el hombre se justifica delante de Dios no desde sí mismo sino obrando conforme a la voluntad divina: practicando el derecho, amando la bondad y caminando humildemente en la presencia de Dios.

En el evangelio el Señor les recuerda a los escribas y fariseos el signo de Jonás como figura de su propia Resurrección, el signo definitivo, pero antes Jonás predicó la conversión, la vuelta al Señor y los ninivitas le hicieron caso. En el signo de Jonás va incluida la conversión del corazón, el amor a la bondad, practicar el derecho y ser humildes delante de Dios, algo que de momento parecen haber olvidado escribas y fariseos.

Toda la experiencia reciente del confinamiento es una buena ocasión para volver al Señor, practicar el derecho y obrar conforme al amor de Nuestro Señor. La pandemia no es el final sino la ocasión para acercarnos más al Señor y esperar con alegría su promesa de una vida en plenitud.

ORACIONES

-Para que mantengamos viva la memoria del amor a la bondad de Dios. Oremos.

– Por todas las personas fallecidas por causa de la epidemia, para que el Señor les tenga en la gloria. Oremos.

– Por el respeto a los derechos de todos y en especial a la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. Oremos.

– Por la paz  en el mundo. Oremos

pastoral

pastoral

Leave a Comment