23 jun

Reflexión lunes 23 de junio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 1-5.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».

 Palabra del Señor

 

REFLEXIÓN

Queridos amigos y amigas:

Muchas veces en nuestra vida cotidiana que fácil es juzgar a los demás cuando a veces el problema está en nosotros mismos, hoy Jesús a través del evangelio me abre los ojos a pensar realmente si estoy actuando de la forma que él quiere. Ocasionalmente somos fáciles de seducir por la hipocresía o solo por el interés, hoy el evangelio nos invita a poner un alto a ese tipo de actitudes falsas y que no son buenas para ser un buen cristiano.

Jesús, que conoces nuestro corazón, de una manera sencilla, nos relata también lo que muchas veces ocurre entre nosotros. Tenemos una mirada penetrante para ver hasta los defectos más pequeños de nuestros prójimos y no somos capaces de descubrir nuestros defectos, con frecuencia mucho mayores.

“No juzgar para no ser juzgados”. ¡Cuánto nos cuesta evitarlo! Eso de “no juzgar…”. Porque, seamos sinceros, a veces nos sentimos bien yendo de “jueces” por la vida, sentenciando lo que tienen que hacer los otros. Ahora bien, juzgar no se refiere tanto a dar una opinión o hacer una valoración del otro, sino a condenarlo, a establecer sobre su persona una sentencia lapidaria, a mirar las debilidades de los hermanos sin actitudes de misericordia, etiquetando y descartando de forma definitiva.

Mateo afirma que quien actúa así, al final de los tiempos, recibirá como paga su misma moneda, es decir será juzgado de la misma manera que él lo hizo con otros.

Hoy se nos enseña en el evangelio cómo el opinar de lo externo que vemos es muy fácil; intentar ponernos en la piel del hermano, no lo es tanto. Sólo nuestra cercanía, solidaridad y cariño, podrán ayudar al hermano si es que está equivocado. Nuestra murmuración, crítica destructiva y mirada superficial sobre él o ella, lo exteriorices o no, te alejarán y levantarán un muro entre ambos corazones. ¿Qué cambios me invita a hacer en nuestra vida el Evangelio de hoy?

 ¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.

pastoral

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