24 mar

Reflexión lunes 24 de marzo

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,24-30):

Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

Palabra del Señor

Reflexión

El tiempo de Cuaresma va avanzando. Hemos de preguntarnos si también está creciendo en nosotros el deseo de conversión y la disposición interior para vivir intensamente la Pascua. Los profetas en Israel tenían la misión de actualizar en cada momento de la historia los preceptos de la ley y recordar al pueblo la necesidad de su cumplimiento. Cuando se alejaban del Señor los llamaban a la conversión. Pero Jesús nos recuerda hoy, que esa palabra profética no siempre es bien acogida por los propios paisanos. Lo dice por los antiguos profetas y también por su propia experiencia. A nosotros nos toca preguntarnos: ¿Quiénes son los profetas de nuestra generación? ¿A quién le reconocemos autoridad? ¿Aceptamos sus enseñanzas y buscamos el modo de aplicarlas? ¿O hacemos con ellos lo que hicieron con Jesús?

pastoral

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