27 jun

Reflexión lunes 27 de junio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 8, 18-22.

 Viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla. Se le acercó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas.» Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.» Otro, que era discípulo, le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.» Jesús le replicó: «Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos.»

Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Queridos amigos y amigas:

Muchos de los que escuchan a Jesús desearían acompañarlo en adelante. La fuerza y el atractivo de sus palabras cautivan a sus destinatarios.

El Evangelio de hoy nos propone que todo el que aspire a ser seguidor de Cristo ha de aceptar y asumir la posibilidad del sufrimiento, las adversidades y la pasión como paso obligado.

Hoy el evangelio, crea una escena en la orilla del lago propicia para la decisión del “seguimiento”: una gran multitud apretuja al Maestro, da la orden a los discípulos a ir a la “otra orilla” y en ese contexto se acercan un escriba y un discípulo con la intención de unirse a esa travesía del Nazareno.

En esta escena no hay nada estático: todo es movimiento. Pero se impone el realismo. Refleja la urgencia y el desapego al seguir al Señor. Por supuesto que Jesús nunca querría que abandonemos nuestros afectos familiares, y, de hecho, él no lo hizo.

Pero debemos reconocer que estos lazos no podrían nunca impedir un camino de fe y libertad.

El encuentro con Jesús, puede liberar a alguien de lazos que lo oprimen, atan e inmovilizan. En suma, para seguir a Jesús hay que estar dispuesto a vivir “en los límites”: apoyados en la providencia de Dios, no en seguridades humanas; y renunciando a apegos legítimos que puedan entorpecer la labor evangelizadora.

Seguir a Jesús, en nuestros días, es un desafío de gran envergadura. Ser discípulo de Jesús. Seguir a Jesús. ¿Cómo estoy viviendo el seguimiento de Jesús?

El evangelio es una catequesis sobre la fe y el seguimiento. Nos muestra el Reino como una realidad presente con la vocación al seguimiento de Jesús. Nos muestra a modo de ejemplo, la radicalidad de la llamada, la responsabilidad que conlleva seguir a Jesús. No nos promete ninguna seguridad.

Seguir al Maestro exige de nosotros disposición. Dios es así: Él da siempre el primer paso, Él se mueve hacia nosotros. Su misión es abrir a todos, las puertas de Dios, ser la presencia de amor de Dios.

“Jesús, enséñame a centrar mis aspiraciones en ti y tu enseñanza. No permitas que me deje arrastrar por la corriente del mundo y, más bien, dame fuerzas para mantenerme fiel, firme y contento contigo.”

¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.

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