27 nov

Reflexión lunes 27 de noviembre

Lectura del santo evangelio según san Lucas (21,1-4):

En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

Palabra del Señor

Reflexión

El relato del profeta Daniel  y el evangelio de San Lucas, que hoy leemos, tienen en común el tema de la confianza en Dios en momentos difíciles. Los personajes de la primera lectura viven exiliados en Babilonia, Daniel, Ananías, Misael y Azarías y son elegidos para servir en la corte real de Nabucodonosor, por lo que reciben un trato especial. Durante el período de formación aceptan instruirse en la cultura caldea pero quieren mantenerse fieles a las normas de la ley mosaica en lo referente a los alimentos prohibidos, y así se lo piden al jefe de personal de la corte que accede a su petición. El resultado fue que no perdieron sus cualidades sino que las aumentaron, tanto físicas como mentales. Estamos en una etapa difícil del Antiguo Testamento, mantenerse fieles al Señor se demostraba en el cumplimiento de la ley. La ley era el camino a través del cual se configuraba la fe del creyente.

En el evangelio la viuda pobre pone toda su confianza en el Señor, el gesto de poner en el cepillo del templo todo lo que tenía, era el signo de quien lo esperaba todo del Señor. Jesús lee el corazón de la pobre viuda, como contraste la cantidad que ponían los ricos. La confianza, la bondad, la generosidad, no son cantidades que se acumulan, forma parte del corazón de la persona que orienta su vida en los principios evangélicos, de modo que mantenerse en esta regla, junto con la oración y la escucha de la palabra, hacen que la persona adquiera esa disponibilidad y entrega en su vida.

Vivimos momentos difíciles, no tanto en lo material como en valores humanos y espirituales. Cierto que hay personas que en lo material y humano atraviesan momentos difíciles, como los países en guerra, las personas que salen de su nación en busca de un futuro mejor. Nosotros gozamos de mejores condiciones, las necesidades fundamentales están cubiertas, pero todo se puede malograr si no se cultiva la verdad, la fidelidad y el respeto a las leyes más elementales de la convivencia social. Cuando no hay más dios que la ambición acaba imponiéndose la ley del más fuerte. La viuda pobre y los jóvenes de la primera lectura tenían en el horizonte el sentido trascendente de la vida, temor y amor a Dios.

-Pidamos al Señor por la paz en el mundo entero, por una convivencia fundamentada en la justicia y el respeto a los demás.

 

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