Reflexión lunes 30 de mayo
Lectura del santo evangelio según san Juan 16, 29-33.
En aquel tiempo dijeron los discípulos a Jesús: Ahora sí que hablas claro, y no usas ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios. Jesús les respondió: “¿Ahora creéis? Pues mirad que llega la hora, mejor, que ya ha llegado, en que os disperséis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis luchas. Pero ¡ánimo! yo he vencido al mundo”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Queridos amigos y amigas:
Ayer Domingo celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor al Cielo y así hemos iniciado le séptima y última semana del Tiempo Pascual que terminará el Domingo que viene con la Solemnidad de Pentecostés, que completa la Cincuentena de Pascua.
En el día de hoy San Juan nos presenta los últimos versículos de los discursos de despedida de Jesús.
Con la Pascua ya próxima y la actuación del Espíritu Santo los discípulos empiezan a comprender la verdadera identidad de Jesús.
La misión del Hijo eterno del Padre es la clave de todo el evangelio según San Juan: el que cree en Él tiene la vida eterna y el que no cree ya está juzgado; así lo que decide la salvación o el juicio es el encuentro personal con Jesús.
En medio de nuestra vida, nuestro día a día ¿cómo testimonio mi fe en Jesús? En medio del sufrimiento propio o de los demás ¿cómo puedo renovar mi fe en el Señor?
En el Evangelio de Juan, las palabras y las preguntas de los discípulos no son sólo de los discípulos, sino que en ellas afloran también las preguntas y los problemas de las comunidades. Son espejos, en los que las comunidades, tanto las de aquel tiempo como las de hoy, se reconocen con sus tristezas y angustias, con sus alegrías y esperanzas. Encuentran luz y fuerza en las respuestas de Jesús.
Tal vez hoy, podemos tener la sensación de que el mundo de la fe en Cristo se debilita. Hay muchas noticias que van en contra de la fortaleza que querríamos recibir de la vida fundamentada íntegramente en el Evangelio. Las palabras de Jesús nos invitan a la confianza: «¡Ánimo!: yo he vencido al mundo», es decir, por su Pasión, Muerte y Resurrección ha alcanzado la vida eterna, aquella que no tiene obstáculos, porque ha vencido todos los límites y ha superado todas las dificultades.
“¡Animo! ¡Yo he vencido al mundo!” Esta frase de Jesús ¿te ha ayudado alguna vez en tu vida? En las dificultades ¿pones tu confianza en El Señor?
Pidamos al Padre como Jesús, que el Espíritu guie nuestros caminos, que su Reino se haga realidad a través de nosotros, que se cumpla su voluntad.
Hoy el Señor te anima a sacar fuerzas desde Él y con Él, cuando te sientas caído recuerda esto: “yo he vencido al mundo”.
¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.