4 de mayo

Reflexión lunes 4 de mayo

Lectura del santo evangelio según san Juan (10, 1-10):

En aquel tiempo, dijo Jesús:

“Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.

 A éste le abre el guarda, y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera.

 Cuando ha sacado todas las suyas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz; a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.”

 Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron de qué les hablaba.

 Por eso añadió Jesús:

“Os aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes de mí son ladrones y bandidos; pero las ovejas no los escucharon. Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos.

 El ladrón no entra sino para robar y matar y hacer estrago; yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.”

 Palabra del Señor


REFLEXIÓN

Queridos amigos y amigas:

El Evangelio de hoy nos trae la imagen del Buen Pastor. Es Jesús mismo que se presenta de este modo a sus discípulos.

La comparación del buen pastor era ya conocida en el Antiguo Testamento y fue muy querida por los Profetas y el pueblo, ya que resultaba muy propia al ambiente pastoril en que vivían muchos de ellos. El pueblo elegido es llamado el rebaño, y Dios es su pastor.

En este pasaje propone con claridad y amplitud la parábola del Buen Pastor. Y el Buen Pastor es aquel que cuida de sus ovejas, que busca a la extraviada, que cura a la herida y carga sobre sus hombros a la extenuada.

Después de la afirmación de que Él es el Buen Pastor, afirma Jesús que el buen pastor de su vida por las ovejas. Habla aquí el Señor de su Pasión, y muestra que iba a ocurrir para salvación del mundo, y que la sufriría voluntaria y libremente.

Jesús dio su vida por los suyos, por amor a los suyos, en obediencia a la misión encomendada por el Padre, para que se forme un solo rebaño.

Los primeros cristianos tuvieron una especial predilección en representar a Jesucristo bajo la figura del pastor que lleva en sus hombros a la oveja, a la que ha ido a buscar lejos del redil. En los restos de las Catacumbas Romanas se han encontrado decenas de imágenes con estas figuras. Es la imagen más popular y simpática y una de las más antiguas del primitivo arte cristiano.

Jesús entregó su vida por cada uno de nosotros. Pedro nos lo dice con estas palabras: ¡es un hermano por quién Cristo ha muerto!”. Todos nosotros, cada uno de nosotros, somos alguien para Jesús. Somos importantes para Él. El Buen Pastor, nos lo dice Jesús, conoce a cada una de sus ovejas. Las llama a cada una por su nombre.

El Señor se contrapone él mismo a los pastores asalariados, a los que no les importan las ovejas. No sólo lleva a sus ovejas a pastos abundantes, sino que les da su propia vida. Así como hay profundas relaciones de amor entre Él y el Padre, las hay también entre Él y sus ovejas. Él cumple la misión salvadora que el Padre le ha confiado, y conforme a su voluntad, da su vida por sus ovejas. Y lo va a hacer libremente.

Conocer a sus ovejas ofrece una actitud positiva porque quien conoce, ama y quien ama, deja libertad de movimiento para vivir una vida en plenitud.

Vivir una vida en plenitud para una comunidad cristiana es amar y seguir a Cristo. En Él encontramos la puerta que nos lleva a la libertad, a vivir compartiendo con los demás lo que somos y tenemos.

Dicho de otra forma, una comunidad cristiana es aquella que acoge, vive y comparte la fe y la vida con sus semejantes más desfavorecidos!

¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.

REFLEXION II

El evangelio del Buen Pastor nos invita a pedir por las vocaciones al ministerio sacerdotal, una necesidad urgente en nuestra Iglesia.

Jesús es el Buen Pastor y San Juan, que lo conocía bien, lo describe  como el modelo de todos los pastores de la Iglesia. Nos dice el Evangelista:” Yo soy el buen Pastor: el buen pastor da la vida por las ovejas…Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen.”

Dar la vida en abstracto o por una ideología encierra un grave peligro, servir a las necesidades no de las personas sino a los intereses de la ideología. Para ello no se repara en los medios ni en las formas, de modo que si hay que instrumentalizar a las personas se hace sin reparos, más aún se maquilla la forma de presentarlo y hacerlo. Sin embargo, dar la vida por las personas que se conocen impone un gran respeto y tener muy en cuenta sus necesidades. Y ¿Cuál es la mayor necesidad? Ser libres y sentirse amados. Esta es la oferta, la propuesta del Señor, hacernos libres y amarnos hasta el extremo de dar la vida por nosotros.

El momento que vivimos es único, no sé si irrepetible, pero este es el que tenemos delante y este evangelio es una invitación a la intimidad, amistad y al conocimiento, desde la fe, del Señor. ¿Qué mayor libertad que poder tratar con El que es la fuente de la libertad y la verdad? ¿Qué hemos vivido y experimentado en esta situación histórica? ¿Qué hay al otro lado de esta vida? Alguien que nos conoce y nos ama, alguien que libremente ha entregado su vida, nadie se la ha quitado, tiene poder para entregarla y poder para recuperarla. Hay ejemplos, en este momento, de este modelo, aunque es posible que no lo sepan, pero  vemos que hay personas que entregan su vida por los demás. Y este secreto lo revela Jesús a quienes le quieran seguir. Él nos llama y sigue llamando, pero la ceguera y la anestesia del mundo moderno, con todas sus ofertas, es una cortina que impide verlo y reconocerlo.

Hemos de pedir al Señor y a la Virgen que nos ayuden a descubrir el atractivo de ese seguimiento de Jesús para ofrecer a nuestros hermanos un camino de esperanza y fraternidad cristianas.

Plegarias

-Por todas las personas que han fallecido por causa de la epidemia para que el Señor les muestre su misericordia y bondad.

-Por la salud de todos los enfermos.

-Para que la Iglesia anuncie a los jóvenes la hermosura del seguimiento del Señor en el sacerdocio.

-Por todos los jóvenes que buscan la libertad y amar con generosidad, para que descubran en Jesús el modelo.

 

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