Reflexión lunes 6 de julio
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 18-26:
Mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él diciendo: “Mi hija acaba de morir, pero ven tú a imponerle las manos y vivirá”. Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. Entre tanto, una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió, y al verla, le dijo: “¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado!” Y en aquel momento quedó curada la mujer. Al llegar Jesús a casa del jefe y ver a los flautistas y la gente alborotando, dijo: “¡Retiraos!” La niña no ha muerto; está dormida”. Y se burlaban de él. Cuando echaron a la gente, entró él, la tomó de la mano, y la niña se levantó. La noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Queridos amigos y amigas:
Hoy os quiero invitar a hacer una pausa antes de comenzar nuestro día con el Evangelio; que nos invita a engrandecer nuestra humildad y nuestra fe porque así como el personaje que se acerca con Jesús y se arrodilla ante él (gran acto de humildad) para pedirle que visite a su hija que acaba de fallecer, nosotros debemos tener en cuenta la cantidad de oportunidades que se nos presentan a diario en nuestras vidas, para brindarle nuestra ayuda o apoyo a muchas personas que lo necesitan y que muchas veces los ignoramos por muchas razones, hoy os quiero invitar a que a partir de este momento hagamos un cambio en nuestras vidas, frenemos un poco el ritmo y disminuyamos las revoluciones o la velocidad para que tengamos la capacidad de identificar y atender a esas personas que nos necesitan e ignoramos; ¡Necesitamos hacer pequeñas acciones a diario que nos ayuden a hacer grandes cambios en el mundo!.
Otra gran lección que nos presenta el Evangelio de hoy es la mujer que sólo roza el manto de Jesús y sana, esto nos trae la segunda gran lección que es la fe, que es algo de lo que los seres humanos carecemos porque nos cuesta mucho aceptar la voluntad de Dios, porque queremos que sea la nuestra, queremos que ocurra lo que nosotros queremos y lo que nosotros buscamos (falta de humildad).
Si nuestra fe fuese del tamaño de una semilla de mostaza podríamos mover montañas (Mt. 17:20) por eso hoy de nuevo os invito a frenar el ritmo de la vida para engrandecer nuestra humildad y esta nos ayude a aumentar un poco nuestra fe y con esta aspirar a confiar plenamente en Jesús!
Recemos por las personas enfermas, especialmente las que están cerca de nosotros…¡Feliz día!, disfrutad y dejaos moldear por Dios.