Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 7-10

En aquel tiempo, dijo el Señor:

Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: «Enseguida, ven y ponte a la mesa?».

¿No le diréis: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo; y después comerás y beberás tú»? ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid:

«Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».

Palabra del Señor

Reflexión

Siempre resulta un poco difícil pensarse a sí mismo como un siervo por la sencilla razón de que, de alguna manera, buscamos la compensación de lo que hacemos. No obstante, el sirviente tiene un papel, una misión que le es encomendada para realizar. Ante un Dios que es Señor, nosotros somos siervos. Para que nos entendamos: ante un Dios que es Padre, nosotros somos hijos. La percepción de sí mismo cambia radicalmente cuando nos pensamos como sujetos que tienen que llevar a cabo algo para el bien del conjunto porque formamos parte de un cuerpo en cuya cabeza se encuentra nuestro Señor. En medio de una sociedad en la que constantemente se nos invita y estimula a buscarnos a nosotros mismos en lo que realizamos, a ser señores de nuestras vidas, la Iglesia nos señala a cada uno de nosotros como elementos imprescindibles que, en comunión unos con otros, como hermanos, tienen la misión de que el Bien se muestre en la sociedad.

Hoy celebramos la memoria san León Magno. Y lo celebramos porque este hombre supo ser siervo en cuanto que buscó denodadamente mediante su ministerio el servir al conjunto de la Iglesia.

Oración

Oh Dios,

tú que no permites que el poder del infierno derrote a tu Iglesia,

fundada sobre la firmeza de la roca apostólica,

concédele,

por los ruegos del papa san León Magno,

permanecer siempre firme en la verdad para que goce de una paz duradera.

Amén.