Reflexión martes 14 de julio
Mt 11,20-24
El día del juicio le será más llevadero a Tiro y Sidón y a Sodoma que a vosotros.
En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido:
-¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida!
Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo?
Bajarás al Abismo.
Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy.
Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.
REFLEXIÓN
Encontramos en los Evangelios momentos en los que Jesús habla adustamente, con palabras muy serias, duras, ante la falta de fe de sus oyentes. Isaías comprobó que pueblos descarriados, como Tiro y Sidón, habían enmendado sus caminos cuando el mensaje de Dios se les anunció. Sin embargo, no lo hicieron pueblos como Corozaín y Betsaida a la orilla del mar de Galilea, donde Jesús había predicado y hecho milagros. No todos acogieron la Buena noticia ni todos la acogen hoy en día. La causa se desvela en los versículos siguientes: la falta de reconocimiento de la necesidad de Dios (cfr. Mt 25, 25-30).
Podemos divagar largamente acerca de los motivos por nuestra falta de interés, ánimo o alegría, por, en definitiva, de todo aquello que muestra la fe. No obstante, el Evangelio de hoy nos da la pista de cuál es el principal motivo de ello: el no reconocer nuestra pobreza lleva a que no nos sorprendamos de lo que Dios hace en nuestra vida. La verdad moral que se deduce de eso es que nuestras acciones tienen consecuencias y que, mientras Dios nunca se cansa de querer entrar en nuestra vida, nosotros somos libres de aceptarlo o no.
ORACIÓN
Dios todopoderoso,
de quien dimana la bondad y hermosura de todo lo creado,
haz que vivamos este día con ánimo alegre
y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti
y a los hermanos.
Amén.