27 julio

Reflexión martes 27 de julio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,36-43):

En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa.
Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.»
Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.»

Palabra del Señor

REFLEXIÓN
Escuchamos hoy explicación de la parábola del trigo y la cizaña que nos llama a la conversión continua, porque en nuestro corazón la cizaña del pecado está mezclada con el trigo del Evangelio hasta el último día.

Hemos de custodiar la gracia recibida desde el día del Bautismo, alimentando la fe en el Señor, que impide que el mal eche raíces.

Pero, además, nos plantea el problema del mal en el mundo y nos habla de la paciencia de Dios. El Papa Francisco nos recuerda que el mal que hay en el mundo proviene del Maligno que siembra de noche, en la oscuridad, y busca separar, dividir, enfrentar.

Separarte de Dios y de la Iglesia, haciéndote creer que eres autosuficiente, autorreferencial; quiere encerrarte en una especie de “selfie” existencial.

Dividirlo todo a tu alrededor, haciéndote creer que tú tienes la razón en todos los problemas que aparecen, haciéndote buscar soluciones que siguen la lógica del mundo y no la paciencia de Dios…

Enfrentarte a tus hermanos, haciéndote creer que son tus rivales*, cuando en realidad Dios te los ha dado como un don.

Y para ello, astutamente se mezcla entre el bien, se disfraza de “ángel de luz”; es el padre de la mentira al que le encanta camuflarse entre medias verdades…

Por eso, como vemos en la primera lectura, no puedes caminar en soledad. ¡Eso es lo que quiere el Maligno! El Señor te ha llamado a vivir en un pueblo, en su pueblo, que es la Iglesia.

Y a vivir una relación personal, íntima, con el Señor. A escuchar su voz cada día y a hablar con Él cara a cara, como Moisés. A entrar en la Tienda del Encuentro: ¡habla con el Señor! ¡Nadie te ama como Él! ¡Ábrele el corazón! Él te espera, te habla, te abraza, te acaricia.

¡Déjate amar por Él! Pídele el Espíritu Santo. Pide el don de consejo, para tener discernimiento y saber cuál es la voluntad de Dios; el don de fortaleza, para combatir el buen combate de la fe y el don de piedad para poder disfrutar cada día en la Tienda del Encuentro del abrazo amoroso de tu Padre.

pastoral

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