27 sept

Reflexión martes 27 de septiembre

Del evangelio según san Lucas 9,51-56

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.

De camino entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:

— «Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo y acabe con ellos?».

El se volvió y les regañó, y dijo:

— «No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos».

Y se marcharon a otro aldea.

Palabra del Señor

Reflexion

San Lucas, en su Evangelio, presenta a Jesús como alguien que tiene que “ir a Jerusalén” porque tiene que sufrir su Pasión. A pesar de esto, a pesar de que Jesús es alguien que va a dar la vida por los demás, que va a mostrar cuál es el camino que debe recorrer todo hombre si quiere ser verdaderamente feliz, los samaritanos no le acogen por la hostilidad existente entre ellos y los judíos. Incluso la manera como los discípulos manejan este tema, es un poco desastrosa.

Los prejuicios u hostilidades entre la personas no solo crean división, sino que además producen en ellas una cerrazón que les aleja de la realidad, que les dificulta sobremanera cualquier oportunidad de cambio, de conversión. La Verdad de lo que somos se hace ciertamente complicada acogerla en la vida cuando se es soberbio.

Oración

Señor, Dios nuestro,

que dotaste de virtudes apostólicas a tu presbítero san Vicente de Paúl,

para que entregara su vida al servicio de los pobres y a la formación del clero,

te rogamos que nos concedas que, impulsados por su mismo espíritu, amemos cuanto él amó y practiquemos sus enseñanzas.

Amén.

pastoral

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